Honduras

Viejos o nuevos: ¿Qué vehículos son más conducidos por los hondureños?

Conoce los factores que determinan la adquisición de carros y sus años, marcas y colores según expertos y datos del Instituto de la Propiedad
29.04.2024

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Un amplio mosaico sobre ruedas se dibuja en los casi tres millones de automóviles que integran el parque vehicular de Honduras, pero más que simples máquinas y cronistas del tiempo —que acumulan historias y kilómetros—los que más recorren nuestras calles por necesidad o conveniencia de sus dueños, son las unidades con más de diez años de antigüedad.

Una de esas unidades, yace frente al “Barco” emblemático en el barrio Morazán, los mecánicos lo reviven, una pequeña falla en el “polo tierra” paralizó el pick-up amarillo un par de horas, la pausa no es novedad y el carro que durante décadas ha movilizado todo tipo de menaje por la ciudad ya está listo.

“Los carros viejos son fieles, no todos pueden comprar un nuevo y los que tienen uno, no lo tiran al trabajo, mire este solo un cable y está cheque, son fáciles de reparar y los dueños no gastan mucho a diferencia de los modernos que solo son censores”, explicó Job Elvir, un mecánico con 20 años de experiencia.

Aunque el costo en reparar vehículos viejos es una ventaja, si es muy viejo encontrar las piezas adecuadas puede ser un reto en algunas marcas.

Xiomara Salinas, una de las millas de personas que conducen un carro, que rueda por las calles desde hace décadas, explicó a EL HERALDO que mientras su vehículo la lleve a su destino, no comprará uno más reciente.

“Tengo un turismo del 2001, no le voy a decir que no me ha fallado, pero cuando falla encuentro piezas fácilmente y no son caras, siento que gastar en un auto nuevo es un lujo, al final todos cumplen la misma función”, manifestó.

Viejos y nuevos

Con datos al 24 de abril de este 2024, el IP contabilizó un parque vehicular global de 2,979,812 unidades equivalentes a más del doble de habitantes en el Distrito Central que según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) es de 1.342.329 personas.

Los datos oficiales de las entidades en mención, estiman que si en Honduras hasta el 17 de abril la población oficial es de 9,862,410 habitantes, en el país por cada tres personas hay un vehículo.

En el caso de los de años pasados y testigos del viaje que aún no llega a su destino final, la mayoría de vehículos en Honduras, excluyendo las motocicletas, están entre el período anual del 2006 al 2015 de acuerdo con los datos del Instituto de la Propiedad (IP) analizados por EL HERALDO.

Las cifras, proporcionadas a este rotativo por la Dirección General de Registro Vehicular del IP, certifican que la mayor cantidad de vehículos en Honduras son del año 2013 con 60,636, lo que indica que la mayoría de personas conducen un automotor de más de dos ruedas que supera los diez años de existencia.

Por otra parte, están los que atraen miradas y que deslumbran con su brillo, comodidad y tecnología conocidos como “del año” o “último modelo”, sin embargo, en esas categorías si consideramos los del 2024 y la minoría del 2025 ya registrados, descubrimos que apenas hay 28.735 vehículos.

Como dato curioso, hay que resaltar que en el parque vehicular indica que aún hay 21,200 vehículos entre los años 1966 a 1975 y también hay 2,126 entre los años 1965 hasta 1923.

En Honduras las dos ciudades que concentran más vehículos son el Distrito Central (Tegucigalpa y Comayagüela) con más de 578 mil y San Pedro Sula con al rededor de 378 mil.

Marcas y colores preferidos

Don Mario Brizzio trabaja la mecánica desde los diez años, ahora tiene 79 y continúa con ánimo y orgullo el legado de su padre, para él la mayor presencia de vehículos de origen japonés y no tan recientes es por su consistencia.

“La gente gasta más dinero si se le arruina uno nuevo, antes solo era un platino y condensador considerando su cilindraje, los modernos son complejos y quizás por eso prefieren los carros viejos. La tecnología de ahora solo son censores, encendido, cigüeñal, caja, llantas, etc.”, remarcó.

Para el experto en mecánica, los tiempos de los grandes norteamericanos quedaron en el pasado y aunque son buenos, al final las personas deciden inclinarse hacia donde están las mayorías, mientras que en el color ya es cuestión de gustos o disponibilidad, pero según el IP, los colores con más presencia en el parque son el blanco, rojo, negro, azul, gris y verde.

A criterio de don Mario que es mecánico desde los 10 años, siempre será más económico comprar y reparar un vehículo que no sea muy reciente.

En cuanto a la preferencia de vehículos por tipo de combustible, los expertos enlistaron ventajas y desventajas, por ejemplo en el caso del Diésel, indicaron que usualmente son unidades con fuerza, para el trabajo y el costo del carburante es más bajo.

Sin embargo aclararon que usualmente que el precio de cualquier vehículo que consuma diésel será mayor pero con el tiempo será justificable.

En cuanto a los que utilizan gasolina, que según el parque vehicular son la mayoría, indicaron que son preferidos para conducciones dentro de las ciudades.

El factor dinero

Luis Guifarro, expresidente del Colegio Hondureño de Economistas (CHE) consideró que es fácil entender los motivos que orillan a conducir vehículos viejos y no del año, si comprendemos los niveles de ingresos de las personas.

“Si una persona está en el estrato más bajo de la clase media, sería un modelo viejo. No es beneficioso para la economía nacional tener vehículos con antigüedades mayores a 20 años porque tienen mayor consumo de combustible”, mencionó.

La importación de vehículos usados es aprovechada para los que no pueden comprar en las agencias uno nuevo.

A su criterio, las posibilidades de tener vehículos que cuestan más de 200 mil lempiras son exclusivas para los que pertenecen a estratos sociales más elevados por los ingresos que pueden obtener en sus empleos.

“Hay un mercado amplio de usados o importados, por ejemplo alguien con bajos ingresos tendrá más posibilidades de tener uno de hace 20 años a uno de hace cinco. Si hacemos una relación entre los autolotes o yonkers, se refleja lo mismo que en el mercado de ropa usada, una proliferación”, contrastó.

Con el adagio de “la basura de unos es el tesoro de otros”, advirtió el riesgo de convertir el país en un destino que alberga las chatarras que ya no quieren en Estados Unidos u otras partes del mundo.