TEGUCIGALPA, HONDURAS.- ¿Es posible vivir en Honduras, pero no seguir las reglas de Honduras? ¿Es posible tener otros sistemas bancarios, fiscales, monetarios, cambiarios y aduaneros? Esto incluye bancos, moneda, impuestos y aranceles.
Estas interrogantes surgen cuando propios y extraños escuchan sobre los alcances de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), un tema difícil de digerir ante el concepto de un Estado dentro de otro Estado.
La respuesta a las preguntas sobre el sistema económico de las ZEDE es un sí.
La Ley Orgánica de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico establece que las ZEDE están autorizadas para crear un régimen financiero, fiscal, monetario y cambiario independiente. Es decir, sus propias reglas para el uso y manejo del dinero, de los impuestos y los aranceles aduaneros.
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En el artículo 23, la ley establece que las ZEDE “tienen un régimen financiero independiente… y están autorizadas a utilizar sus ingresos financieros exclusivamente para sus propios fines”. Asimismo tendrán su propio presupuesto y su Producto Interno Bruto (PIB).
“La lectura de esa ley orgánica es como una historia de terror”, manifiesta el expresidente del Banco Central de Honduras (BCH) y exsecretario de Finanzas, Hugo Noé Pino.
“Se habla de su PIB, este concepto es atribuible a un país, yo nunca he escuchado. También habla de que se le va a otorgar la cláusula de Nación Más Favorecida (mejor tratamiento en un acuerdo de comercio internacional suscrito por el Estado de Honduras), por favor, cómo a un pedazo de Honduras se le va a otorgar esto”, cuestionó Noé Pino.
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Los analistas consultados por EL HERALDO explican que mientras las ZEDE no aprueben su normativa interna, se rigen por las leyes nacionales, pero una vez aprobadas, sus normas serán las que prevalezcan.
El gerente de asesoría legal del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Gustavo Solórzano, reiteró que enviaron oficios a las diferentes instituciones del Estado pidiendo la información sobre todas las interrogantes planteadas en su análisis jurídico, respecto al funcionamiento del sistema económico de las ZEDE al igual que del sistema judicial, pero no han obtenido respuesta alguna.
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La política fiscal
Respecto a los impuestos, tasas y aranceles, las reglas también son diferentes a las de Honduras, lo que los mismos empresarios califican como una competencia desleal por la serie de beneficios diferenciados para las empresas que operen en una ZEDE.
En el artículo 29 dice que las ZEDE “deben contar con un régimen fiscal independiente y deben orientarse por una política de bajos impuestos”. La recaudación de tributos se regirá por su propia ley y por ejemplo, el Impuesto Sobre la Renta (ISR) para personas naturales no será superior al 12% y 16% para personas jurídicas (empresas).
El impuesto sobre el valor agregado será máximo el 5%. Para otros impuestos como a la propiedad de la tierra, bienes inmuebles y las tasas por servicios públicos serán fijados por las ZEDE.
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Por otro lado, estas zonas antes llamadas “ciudades modelo” tienen también el control aduanero en puertos y aeropuertos, por lo que todas las importaciones de productos estarán libres de impuestos y gravámenes. Se definen como “zonas fiscales y aduaneras extraterritoriales, distintas a las del resto del territorio nacional”.
Esto crea una competencia desigual con los demás inversionistas ya que tendrán más exoneraciones fiscales, cobrarán impuestos y ellos decidirán cómo utilizarlos, lo que va en detrimento de las recaudaciones del gobierno porque muchos inversionistas que tributan actualmente podrían aprovechar esta coyuntura, explicó la expresidenta del Colegio Hondureño de Economistas (CHE), Liliana Castillo.
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La política monetaria
Respecto al manejo del dinero, las ZEDE están autorizadas a tener una política monetaria interna y establecer controles para sus medios de pago. “No se aplicarán políticas de control de cambio” y los mercados de divisas, oro, valores futuros y mercancías pueden existir libremente, según el Artículo 30.
Es ahí donde los analistas alegan violación a la Constitución de la República, ya que esta potestad de dirigir la política cambiaria, monetaria y crediticia es del Banco Central
de Honduras.
El presidente del BCH, Wilfredo Cerrato, dijo a EL HERALDO que “En Honduras, el Banco Central es el ente autorizado para emitir dinero, como lo dice la Constitución”. Indicó que en estas Zonas de Empleo siempre se mantiene el lempira y agrega dólares, euros y criptoactivos. Mencionó que las dos limitantes que tiene un banco central para ejercer política monetaria son: que dolaricen como otros países o que la gente no confíe en su moneda.
Para efectos estadísticos, Cerrato dijo que “tienen el mismo trato que las Zonas Libres y las Zonas Industriales de Procesamiento y tienen que cumplir con cierta documentación aduanera”.
Para la economista Liliana Castillo, al tener las ZEDE su propio régimen cambiario, podría llegar un momento en que ellos tengan un tipo de cambio diferente al del resto del país, lo que creará distorsiones en la competitividad.
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Regulaciones financieras
Analistas jurídicos, económicos y financieros han advertido que las ZEDE se pueden convertir en paraísos fiscales, ya que regularán el dinero e impuestos mediante sus propias reglas. Es decir sin que sean los entes estatales para supervisar y regular, lo que sería como una caja fuerte para capitales ilícitos. Por ejemplo, si se crea un banco nuevo “será bajo las reglas que se emitan, sale de alcance de CNBS”, pero que sí estarían obligadas a cumplir las normas internacionales como la antilavado de activos, explica el expresidente de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS), José Luis Moncada.
“No creo que la banca local quiera operar ahora, quizás cuentas personales sí, pero de empresas constituidas dentro de ZEDE todavía no”, explicó Moncada, quien considera que en Honduras extralimitaron los beneficios y condiciones de lo que ha sido la práctica internacional para una ZEDE. Afirma que “de un muñeco sencillo hicieron un monstruo”, por lo que debe ser revisado el modelo para que puedan operar.
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