SAN DIEGO, ESTADOS UNIDOS
Tras haberse reunido jubilosamente con sus hijos, los padres migrantes hablaron el miércoles sobre el impacto traumático de haber sido separados de sus hijos e hijas durante meses luego de que se los quitaron en la frontera de Estados Unidos.
El gobierno federal ha estado trabajando a marchas forzadas para reunir a las familias separadas a fin de cumplir con el primero de dos plazos fijados por un juez federal de San Diego, quien ordenó que miles de niños fueran entregados a sus padres inmigrantes. Decenas de niños fueron separados de sus padres y enviados a albergues contratados por el gobierno o con tutores a cientos de miles de kilómetros de distancia de donde sus padres estaban detenidos.
Roger Ardino, un padre hondureño, estaba feliz de estar de nuevo con su hijo de 4 años, quien se sentó en su pierna y jugó con los micrófonos mientras su padre hablaba con los reporteros. Dijo que seguía conmocionado por la mala experiencia que tuvo que pasar solo para poder hablar con su niño mientras estaba bajo custodia del gobierno. Padre e hijo fueron separados en febrero.
Ardino, de 24 años, dijo que sintió un dolor en el corazón y que no podía respirar cuando fue separado de su pequeño. Luego de que fueron separados, amenazó con lastimarse con una navaja de afeitar si no podía hablar con su hijo, relató.
El miércoles, el hondureño habló en el albergue de Annunciation House, en El Paso, Texas, junto con otro padre que recientemente se reunió con su hijo. Ambos llegaron a la instalación el martes.
“Estaba prácticamente traumado”, dijo Ardino. Agregó que “Siempre cuando yo le hablaba por teléfono me ponía a llorar. ¿Dónde están los derechos de los niños? Supuestamente los niños son una prioridad aquí en Estados Unidos”.
El hombre dijo que tenía planeado vivir con unos familiares en Estados Unidos mientras procesan su solicitud de asilo, algo que podría tardar años.
De momento, no estaba claro cuántos niños continúan en centros de detención.
A fines del mes pasado, el juez de distrito Dana Sabraw de San Diego fijó un plazo de 14 días para reunir a los niños menores a 5 años con sus padres y de 30 días para el resto. Pidió al gobierno federal regresar a la corte el viernes de esta semana para darle un informe sobre cuántas familias habían sido reunidas.
Tras haberse reunido jubilosamente con sus hijos, los padres migrantes hablaron el miércoles sobre el impacto traumático de haber sido separados de sus hijos e hijas durante meses luego de que se los quitaron en la frontera de Estados Unidos.
El gobierno federal ha estado trabajando a marchas forzadas para reunir a las familias separadas a fin de cumplir con el primero de dos plazos fijados por un juez federal de San Diego, quien ordenó que miles de niños fueran entregados a sus padres inmigrantes. Decenas de niños fueron separados de sus padres y enviados a albergues contratados por el gobierno o con tutores a cientos de miles de kilómetros de distancia de donde sus padres estaban detenidos.
Roger Ardino, un padre hondureño, estaba feliz de estar de nuevo con su hijo de 4 años, quien se sentó en su pierna y jugó con los micrófonos mientras su padre hablaba con los reporteros. Dijo que seguía conmocionado por la mala experiencia que tuvo que pasar solo para poder hablar con su niño mientras estaba bajo custodia del gobierno. Padre e hijo fueron separados en febrero.
Ardino, de 24 años, dijo que sintió un dolor en el corazón y que no podía respirar cuando fue separado de su pequeño. Luego de que fueron separados, amenazó con lastimarse con una navaja de afeitar si no podía hablar con su hijo, relató.
El miércoles, el hondureño habló en el albergue de Annunciation House, en El Paso, Texas, junto con otro padre que recientemente se reunió con su hijo. Ambos llegaron a la instalación el martes.
“Estaba prácticamente traumado”, dijo Ardino. Agregó que “Siempre cuando yo le hablaba por teléfono me ponía a llorar. ¿Dónde están los derechos de los niños? Supuestamente los niños son una prioridad aquí en Estados Unidos”.
El hombre dijo que tenía planeado vivir con unos familiares en Estados Unidos mientras procesan su solicitud de asilo, algo que podría tardar años.
De momento, no estaba claro cuántos niños continúan en centros de detención.
A fines del mes pasado, el juez de distrito Dana Sabraw de San Diego fijó un plazo de 14 días para reunir a los niños menores a 5 años con sus padres y de 30 días para el resto. Pidió al gobierno federal regresar a la corte el viernes de esta semana para darle un informe sobre cuántas familias habían sido reunidas.