Manuel Martínez es un hondureño que junto a su hijo de 12 años intentó cruzar la frontera de México hacia Estados unidos cuando fue detenido por agentes de la Patrulla Fronteriza norteamericana.
El catracho contó que tomó la decisión de migrar hacia Estados Unidos porque las pandillas locales trataban de reclutar a su hijo, por lo que pese a las duras políticas migratorias del presidente Donald Trump decidió emprender su viaje.
Con todo lo que estaba pasando, Manuel, comentó que estaba preparado para ser separado del menor después que cruzó el río Bravo en bote y fue arrestado por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.
Martínez se declaró culpable de ingreso ilegal el miércoles -el día que el presidente Donald Trump ordenó dar fin a la separación de familias inmigrantes-, y aunque no estuvieron bajo el mismo techo, él y su hijo fueron alojados en el mismo complejo.
Manuel se reunió con su hijo el sábado. Posteriormente fueron dejados en libertad en Estados Unidos mientras se procesa su solicitud de asilo, aunque Martínez lleva un dispositivo de rastreo.
“Me preocupó pero nunca me separaron”, dijo Martínez en una estación de autobuses de McAllen, donde abordarían uno para viajar hacia Atlanta para reunirse con un amigo.