Hondureños en el Mundo

Hondureño prodigio solicita apoyo económico al Gobierno para estudiar en Nueva Zelanda

Su facilidad para resolver los problemas matemáticos en cuestión de segundos lo llevarían a otro nivel que hoy ya es una realidad

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25.10.2017

Tegucigalpa, Honduras
“Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él”, dijo en algún momento el reconocido escritor brasileño, Pablo Coelho.

Tales palabras se asemejan al rumbo que decidió tomar Víctor Andrés Amaya, un joven de la comunidad garífuna de Corozal, en La Ceiba, Atlántida, que decidió despojarse de la comodidad de su hogar a sus 18 años para trasladarse con una beca a México con el objetivo de convertirse en Licenciado en Matemáticas, en la Universidad de Guanajuato/CIMAT, una de las instituciones prestigiosas con profesionales de alto nivel.

Amaya tuvo una infancia normal, correteaba y se ensuciaba como todos los niños del pueblo, pero su plan sería otro.

Su facilidad para resolver los problemas matemáticos en cuestión de segundos lo llevarían a otro nivel que hoy ya es una realidad.

Cuatro años después, tal decisión le ha valido para aumentar sus conocimientos. Actualmente se está especializando en “Análisis Topológico de datos”, (comprensión de las matemáticas) y tras conseguir una beca en Nueva Zelanda está a ocho semanas de dar un paso importante en su carrera, pero solo un tema le impide moverse… que él nos cuente.

Víctor, recuerdo que un día estabas en la universidad (CURLA) estudiando Licenciatura en Física y luego agarraste tus cuadernos y te marchaste para México… ¿cómo comenzó todo?
En una ocasión me llamó la atención un reportaje de José Ramón, (joven que representó a Honduras en las Olimpiadas de Matemáticas y que más tarde se hizo de un doctorado en Brasil).

Ahí me di cuenta que existían estos eventos en el país. Luego empecé a relacionarme con jóvenes de ese ambiente, vi una oportunidad de venir a México, apliqué a una beca y aquí estoy.

Tú desde pequeño hacías y deshacías con los números, resolvías problemas en el aire, a tu corta edad nadie te superaba…
Sí, pasa que de niño se me hacía fácil. Solía ser el mejor alumno, me iba bien en las clases. Lo que me ayudó a cambiar mis expectativas fue estar en las olimpiadas, allí descubrí que esto era lo que quería para mi vida.

Dejarlo todo tan joven e iniciar una nueva vida en una tierra ajena por cumplir un sueño, seguro no es fácil… ¿cómo has logrado superar esa etapa?
Aquí ya había antecedentes de dos hondureños. Al inicio no es fácil, tienes 18 años y abandonas a tu familia por venir a cumplir tus sueños solo, en una carrera que aquí genera bastante demanda en uno de los dos mejores lugares para estudiar matemáticas.

Tú miraste una oportunidad, aplicaste y ahí estás… ¿qué te ha mantenido activo?
Dos cosas… la primera es el orgullo que sienten mi familia y amigos por mí. A esas personas no quiero decepcionarlas. Eso me ha dado fuerzas. Otra de ellas son las ganas de querer ayudar a mi país y para hacerlo uno tiene que estar bien preparado.

¿A qué te refieres con querer ayudar al país?
Pues mira, en algún punto de mi vida me gustaría regresar para trabajar en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y apoyar al Departamento de Matemáticas para que suban su nivel. En todos los países desarrollados ayudan a la ciencia, eso va a generando científicos y personas calificadas. Es un proceso largo, pero lo que se necesita para el desarrollo del país es aportar en la ciencia.

Entiendo que recibes una mensualidad por tu beca… ¿Te ajusta la plata para sobrevivir?
Mira… la universidad me da 3,200 pesos mensuales (unos 4 mi lempiras). No es fácil, en ocasiones la paso al ras. Mis padres me mandan algo para comprar comida en el supermercado, pero lo que me dan aquí por lo menos me sirve para el transporte.

¿Alguna vez has dejado pasar un tiempo de comida para invertirlo en tus estudios?
No te voy a decir que he pasado hambre, porque no ha sido así. Quizá en ocasiones me he quedado sin desayunar, pero me voy así. En la universidad tal vez me dan ganas de comprarme una torta, pero no tengo el dinero, una vez en casa sí busco qué comer.

Háblame de esa oportunidad que recién conseguiste para estar en un proyecto en Nueva Zelanda…
Noté que había una convocatoria en la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda, sobre un algoritmo que sirve para reducir datos y sacar conclusiones de la geometría de los datos.

Me enteré de ella, mandé mis papeles y tras dos meses me respondieron y me dijeron que fui aceptado en el proyecto para trabajar con ese algoritmo.

La beca cubre alquiler y comida. Nueva Zelanda es uno de los países más caros, el dinero ajusta para comer, pero me hace falta lo del vuelo.

Estamos a ocho semanas de tu viaje y aún no has logrado conseguir el pasaje, podrías perder esa oportunidad…. ¿cuánto necesitas?
Espero que no. Necesito unos 1,400 dólares. Ya está la oportunidad, el proyecto, el profesor que me va supervisar, el apoyo de la universidad. Lo que falta es el vuelo. Agradecería mucho que el Gobierno de Honduras me apoye, si no logro reunir eso perderé una de las oportunidad que tanto he esperado en mi vida.