Tegucigalpa, Honduras.- Las corrientes de agua se movían como ríos embravecidos, y a cada minuto subía su nivel. Algunos presintieron la amenaza y huyeron antes de la tempestad. Otros quedaron atrapados en el torrencial. La depresión aislada que golpeó Valencia, España, esta semana también afectó a la comunidad hondureña.
EL HERALDO entrevistó a varios catrachos que residen en la Comunidad Valenciana, quienes afirmaron que la situación es crítica, porque las cifras de personas fallecidas y desaparecidas aumentan con el paso de las horas y no han recibido apoyo de las autoridades.
La última actualización publicada por el medio El País de España reporta al menos 95 muertos, de ellos 92 en Valencia, uno en Málaga, y dos en Castilla-La Mancha.
En el caso de los hondureños se ha informado que al menos ocho se encuentran desaparecidos, de los 16,000 que integran la comunidad de catrachos en esa comunidad autónoma.
La Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), también llamada “gota fría” en España, catalogada como la peor del siglo, es una depresión aislada que llega a generar fuertes precipitaciones y vientos intensos.
“Lo más recomendable es no moverse de sus casas”, es el mensaje que las autoridades de Valencia han enviado a los habitantes, entre ellos los hondureños viven momentos de pánico y miedo.
Alexander Moreno, un hondureño que trabaja construcción, contó que rápidamente decidió marcharse de Valencia hacia otra ciudad de España porque anunciaron posibles inundaciones.
“Andaba haciendo un trabajo de una remodelación de una casa en un pueblo de Valencia que se llama San Antonio, pero un meteorólogo en Tik Tok dijo que iba llover fuerte y mi jefe dijo que nos viniéramos para Barcelona”, contó el compatriota, y mandó una fotografía de cómo estaba el clima al momento que viajaban.
Yesenia Zelaya: estamos sin señal, comida ni agua
Por su parte, la hondureña Yesenia Zelaya Zúniga sí vivió en carne propia el desastre en Valencia. “Aquí donde vivo ha golpeado muy fuerte, estamos sin señal, sin luz, sin comida, sin agua y toda la noche sin poder dormir porque cada vez subía más el agua a los edificios”.
Por la mañana se encontraron con un desastre, los automóviles quedaron apilados en montañas, uno encima de otro, las estaciones del metro están destrozadas y las calles permanecen llenas de todos los escombros arrastrados por el agua.
Ella habita en Paiporta, uno de los pueblos más afectados de la provincia y que está muy cerca de la ciudad. “Nos sorprendió porque no estaba ni siquiera lloviendo, de repente vino tanta agua, porque en los pueblos anteriores sí estaba lloviendo, se rebasaron los ríos y represas”.
“A nosotros de repente nos cayó como una ola, porque no estaba ni lloviendo y así se fue trayendo todo de la parte de arriba, de pueblos como Picanya, Torrente y otros”, relató.
Este miércoles amanecieron sin servicios públicos y hasta la tarde no habían llegado las autoridades a limpiar o a mover los vehículos de la calle. Ella sigue en su piso, que se salvó de la inundación porque el agua solo llegó hasta el primer nivel del edificio y ella se ubica en el nivel cuatro.
Los vecinos sacaron el lodo y se desplazaron al exterior en busca de provisiones. Incluso, visitaron supermercados, pero solo hallaron agua y pan, que sirve momentáneamente porque en sus domicilios no tenían víveres para los siguientes días.
La mujer, madre de dos hijos —una de 15 y otro de cinco años— hasta ayer no había recibido asistencia de las autoridades consulares de Honduras. “Necesitamos que por lo menos nos apoyen con los víveres, agua y cosas que no se dañen para sobrellevar la situación, sería bueno sentir que nos están ayudando, aunque no es Honduras”.
Contó que hay muchos hondureños afectados, en situaciones peores a las que ella y su familia enfrentan. Hay familias enteras necesitadas de asistencia y alimentos.
Orfilia Soriano: “Las lluvias fueron intensas”
“Aquí ha llovido fuerte, donde vivo solo hay árboles caídos, no como en otros pueblos que hay desaparecidos, pero gracias a Dios estoy bien”, contó la hondureña Orfilia Soriano, quien vive y trabaja en Valencia, España.
Ella reside en Calle Reus, Valencia, sitio que no fue impactado como otros, donde se han reportado varios hondureños desaparecidos, según ha informado el consulado.
Relató que las lluvias se tornaron ntensas el martes y se cayeron algunos árboles, pero no hay desastres como en los pueblos más cercanos, entre ellos Paiporta y Bonaire, que es un centro comercial muy grande y que reporta muchas pérdidas.
Hay familiares de algunos hondureños que buscan a sus seres queridos porque no tienen conocimiento de su paradero, por lo que piden que si alguien tiene información se comunique inmediatamente al ayuntamiento que realiza labores búsqueda.
Describió que hay carreteras incomunicadas y que no se puede entrar ni salir desde los pueblos hasta el centro de Valencia, porque están cortados los accesos. A su vez, los supermercados están desabastecidos, porque no pueden llegar los camioneros que transportan los productos.
La gente también se está preparando con comida, porque los precios se van a disparar debido a que no saben hasta cuándo van a reparar las vías y restablecer la comunicación.
“Mi familia ya se ha enterado y me han llamado, gracias a Dios estoy bien”, expresó la hondureña, quien dijo estar pendiente de todo lo que ocurre porque hay muchas personas afectadas.
Mireya Paguada: “En los pueblos no hay acceso”
Mireya Paguada es originaria de Trujillo, Colón, y está radicada en El Palmar, Valencia, donde las inundaciones se registraron en menor nivel comparado a la capital, pero las carreteras también estaban cerradas.
Los campos de arroz del sector se inundaron y el agua tiene anegadas las calles, por lo que recibieron la recomendación que, de subir los niveles, deben subir a los siguientes pisos del edificio.
Una de sus primas, residente en el pueblo de Sollana, pasó momentos terribles porque viajó a Valencia, capital, para hacer un mandado y no pudo regresar, porque las vías de los trenes están inundadas. Hay mucha gente encerrados en los vagones.
En los medios de comunicación han informado que más de 90 personas han muerto —hasta ese momento de la entrevista— y hay un reporte alto de desaparecidos, lamentó. “Las autoridades nos han dicho que no salgamos de las casas porque la mayoría de las carreteras están cerradas”.
“En los pueblos alrededor de donde vivo no hay accesos, unas 45 carreteras por lo que he visto en las noticias están cerradas e inundadas y no hay paso, la energía se ha estado yendo y viniendo, cuando se va la energía no hay cobertura de los móviles y en algunos sectores han quitado el agua potable”, indicó.
Recordó que la lluvia comenzó la semana pasada en forma leve, pero en la madrugada del lunes incrementó su fuerza y el martes subió más de nivel, provocando inundaciones.
También narró que un familiar tuvo que ser evacuado de su automóvil, porque mientras viajaba quedó atrapada en el agua. Al salir, la corriente llegaba a su cintura.
Las personas rescatadas fueron llevadas en autobús a refugios, mientras que otros se han desplazado con familiares a zonas de menor riesgo.
Paguada dijo que están angustiados porque “son muchas personas desaparecidas y gente que está buscando a sus familiares y están desesperados, la verdad esto a uno lo pone nervioso”.
El consulado de Honduras en Valencia maneja que hay al menos dos compatriotas desaparecidos, pero organizaciones de migrantes informaron que se desconoce el paradero de al menos ocho.