TEGUCIGALPA, HONDURAS.- A la mano de Dios están más de 30,000 hondureños a lo largo de la frontera sur que divide México con Estados Unidos.
Los connacionales llegaron a esa zona con la intención de cumplir el sueño americano, pero se han encontrado con una pesadilla llamada “proceso de citas”.
Cada hondureño que llega a una ciudad fronteriza de México y quiere solicitar asilo en Estados Unidos recibe un número y debe esperar su turno.
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Ese proceso puede durar fácilmente tres meses. Una vez que se cumple ese periodo son llevados a Estados Unidos para expresar sus motivos de asilo frente a las autoridades.
Ahí nuevamente les entregan otro número para una cita posterior que puede ser hasta dentro de un año.
Los hondureños aferrados a esa esperanza viven de la caridad en albergues en México, pese a que al final son escasos los que reciben una respuesta positiva de las autoridades.
Alden Rivera, embajador de Honduras en México, confirmó a EL HERALDO que “son unos 30,000 los que están en ese proceso de espera”.
Dijo que las condiciones son precarias, pues son personas que viven de lo que les puedan regalar o en otros casos de los albergues.
Destacó que la situación de calle que viven miles es una realidad.
Rivera explicó que las posibilidades de recibir un asilo actualmente son casi nulas.
Ante la oleada de hondureños en las ciudades fronterizas con Estados Unidos, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) decidió abrir consulados temporales en las ciudades de Tijuana y Juárez, para brindar algún tipo de apoyo a los connacionales.
Otro problema que enfrentan los catrachos es que, con la firma del convenio de cooperación entre Estados Unidos con Guatemala que ya está vigente, los hondureños están siendo deportados a ese país centroamericano.
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