La multitud, en la que predominan los hombres pero también hay mujeres acompañadas incluso de sus hijos pequeños, salió al mediodía del albergue instalado por la alcadía en Tijuana para dirigirse al puente El Chaparral, localizado a poco menos de un kilómetro, constató un equipo de la AFP.
La marcha arrancó un par de horas antes de que inicien ejercicios del servicio de aduanas y protección fronteriza de Estados Unidos, justo en la frontera con Tijuana.
Un agente del grupo Beta -formación de oficiales y voluntarios del gobierno mexicano que auxilia desde hace años a los migrantes- dialogó con la vanguardia de la marcha en momentos en que la multitud empezaba a registrar cierta agitación.
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Con un altavoz, el agente del grupo Beta sostuvo una conversación con migrantes, a quienes explicó que para cruzar a Estados Unidos para pedir asilo deben anotarse en una lista de espera, lo que los migrantes rechazaron.
'Que nos dejen ya pasar, estamos ya desesperados, dejamos familia en Honduras. Necesitamos empezar a trabajar', dijo un migrante identificado como Wilson.
El agente, en un aparente intento de detener el avance de la manifestación, les enumeró supuestos beneficios que se les ofrecerían en México si deciden regularizar su situación de manera permanente o mientras cruzan a Estados Unidos.
'Hay una oficina donde se les está ofertando trabajo, hay mucho trabajo en la ciudad (...) lo que queremos es que puedan generar (algo de dinero) antes de ir a Estados Unidos. En lo que esperan su turno', les explicó el agente.
Otro hombre que se presentó como defensor de derechos humanos intentó también contener el avance asegurando que en el albergue había autobuses que los trasladarían al sitio donde empresarios están ofertando empleo a los centroamericanos.
'Pero hay que hacerlo de manera ordenada (...) es una buena oferta que conviene, ustedes consideren, porque obtienen también la regularización', les dijo el hombre antes de señalar que decenas han optado por pedir refugio en México.
'¡No queremos!', gritaron los migrantes antes de reiniciar de manera tumultuosa y lenta su marcha hacia la frontera.
El presidente estadounidense Donald Trump acusa a los migrantes de tratar de invadir Estados Unidos y ordenó el despliegue de hasta 9,000 militares en la frontera con México. Este jueves amenazó nuevamente con cerrar los casi 3,200 km de su frontera sur si la situación migratoria se sale de control.
La caravana, que ha llegado a sumar unas 7,000 personas, ha recorrido en poco más de un mes más de 4,400 kilómetros desde Honduras hasta Tijuana.