El futuro de unos 300 mil niños y jóvenes nacidos en Estados Unidos podría quedar en el limbo si las autoridades deciden no ampliar el Estatus de Protección Temporal (TPS) para El Salvador, Nicaragua, Haití y Honduras.
Según el Centro para el Progreso Estadounidense, estos menores son hijos de padres y madres que llegaron al país norteamericano de manera irregular, después de que sus naciones fueron afectadas por desastres naturales o la violencia, por lo que al no renovar este beneficio temporal sus progenitores tendrían que regresar a sus países de origen.
De acuerdo a la organización, esto signiificaría que muchos menores tendrían que quedarse en Estados Unidos y otros podrían ser obligados a regresar a las naciones en las que nacieron sus padres.
Datos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) señalan que unos 320,550 centroamericanos y haitianos están amparados bajo este programa temporal.
Es decir, unos 200 mil salvadoreños, 2,550 nicaragüenses, 58 haitianos y 60 mil hondureños.
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Actualmente, el gobierno estadounidense decidió ampliar el TPS para Haití solamente por seis meses, lo que mantiene a la expectativa al resto de 'tepesianos'.
Este lunes varios líderes hondureños y centroamericanos viajaron a Washington para reunirse con el congresista Luis Gutiérrez y los senadores Tim Kaine y Roberto Menéndez y solicitarles que no dejen desamparados a los beneficiados directos e indirectos del TPS.
El martes 24 de octubre los líderes pro-migrantes también se reunirán con el embajador de Honduras en Washington Marlon Tábora para conocer sobre los avances del TPS para Honduras, programa que termina el próximo 5 de enero del 2018 para este país.
La canciller hondureña María Dolores Agüero y el canciller salvadoreño Hugo Martínez también viajará el próximo 31 de octubre a Estados Unidos para pedir en conjunto la ampliación del beneficio.