<div id='DTElementID-11293971' class='WebText'><strong>GUANTÁNAMO, Cuba</strong><br />El pescador Heneydis Su&aacute;rez busc&oacute; refugio para salvarse con su familia de una probable muerte. Lo logr&oacute;, pero ahora contempla at&oacute;nito la contracara de la decisi&oacute;n: su casa de madera en ruinas por la furia del hurac&aacute;n Matthew.<br /><br />De 41 a&ntilde;os, Su&aacute;rez viv&iacute;a en Carbonera, una peque&ntilde;a comunidad de pescadores de Guant&aacute;namo, provincia del extremo oriente por donde Matthew cruz&oacute; el martes, como un hurac&aacute;n categor&iacute;a cuatro en la escala de cinco niveles Saffir-Simpson.<br /><br />Los vientos eran apocal&iacute;pticos. El mar amenazaba con aplastarlo todo. Curtido por el sol, Su&aacute;rez decidi&oacute; tomar a su esposa Yuliani Matos (32) y dos hijos y resguardarse en una casa de una vecina, que 'es mucho m&aacute;s resistente'.<br /><br />Fue lo correcto, relata a la AFP. En Cuba, un pa&iacute;s castigado habitualmente por ciclones, la solidaridad obra como seguro de vida.<br /><br />Junto con la capacidad probada de las autoridades para enfrentar estos fen&oacute;menos, los isle&ntilde;os acostumbran a abrir sus casas para que los m&aacute;s vulnerables encuentren refugio preventivo.<br /><br />Tras el violento paso de Matthew, la noche del martes, Su&aacute;rez regres&oacute; al hogar casi una d&iacute;a despu&eacute;s. El hurac&aacute;n de mayor intensidad que ha golpeado Guant&aacute;namo barri&oacute; con su &uacute;nica propiedad.<br /><br />La casa de tablas y techo de hojas desapareci&oacute; junto con las de otros vecinos.<br /><br />'Cuando llegamos nos tropezamos con este destrozo. Eso es espantoso' y ahora 'nos encontramos en esta situaci&oacute;n, que es dif&iacute;cil', se conduele el pescador.<br /><br />Antes de descargar su furia en Cuba, donde m&aacute;s de 1,3 millones de personas fueron evacuadas, Matthew dej&oacute; al menos 23 muertos en Hait&iacute; y cuatro en Rep&uacute;blica Dominicana, adem&aacute;s de cuantiosos destrozos.<br /><br /><strong>- 'Salvamos la vida' -</strong><br /><br />Hasta ahora, Cuba no cuenta v&iacute;ctimas por el descomunal castigo del cicl&oacute;n, pero los da&ntilde;os son enormes y reci&eacute;n empiezan a ser cuantificados.<br /><br />Baracoa, en Guant&aacute;namo y la ciudad m&aacute;s antigua de la isla (505 a&ntilde;os), es el punto m&aacute;s afectado y permanec&iacute;a incomunicado por v&iacute;a terrestre.<br /><br />Las im&aacute;genes muestran a pobladores desconsolados sobre ruinas. Otros tres municipios estaban en similar situaci&oacute;n: San Antonio del Sur, Im&iacute;as y Mais&iacute;.<br /><br />'Somos familias pobres, no tenemos condiciones para vivir y ahora no tenemos ni agua ni comida', comenta Su&aacute;rez.<br /><br />El hombre y los suyos pasar&aacute;n los siguientes d&iacute;as en la casa de un hermano que vive m&aacute;s lejos del mar. Para su refugio temporal lleva dos destartalados ventiladores, una caja con ropa, zapatos y juguetes empapados.<br /><br />Fue lo &uacute;nico que encontr&oacute; en el sitio donde estaba su casa.<br /><br />A unos 50 metros de all&iacute;, otro pescador intenta reparar el techo destrozado de su vivienda. Como Su&aacute;rez, otros debieron emprender en largas caminatas el regreso a los refugios con bicicletas o peque&ntilde;os enseres a cuestas.<br /><br />Cabizbajos, pocos quieren hablar.<br /><br />Asisley P&eacute;rez, una ama de casa de 31 a&ntilde;os, va montada en una carreta tirada por dos bueyes junto con varios vecinos. Ella reci&eacute;n emprend&iacute;a la marcha hacia el sitio donde estaba su vivienda.<br /><br />'Algunos saben lo que les espera, otros se van a enterar de lo que pas&oacute; con sus casas cuando lleguen al pueblo, pero al final lo que importa es que todos salvamos la vida', se&ntilde;ala resignada.<br /><br />Yudier Borges, de 22 a&ntilde;os, tira de la carreta mientras relata lo que ha visto.<br /><br />'Hay techos que salieron volando, pero no creo que haya nada que no se puede solucionar con trabajo, que es lo que uno hace aqu&iacute; desde que nace'.<br /><br />Hace cuatro a&ntilde;os el hurac&aacute;n Sandy, que tambi&eacute;n castig&oacute; el oriente de Cuba, dej&oacute; 11 muertos y millonarias p&eacute;rdidas econ&oacute;micas, sobre todo en viviendas y cultivos.</div>