Tegucigalpa, Honduras
Una figura femenina de tres metros de altura recibe a los visitantes. Su mirada se cruza con un hombre de menor estatura, que se yergue imponente con la mano en la cintura, como listo para desenvainar su espada.
Junto a ellos está un hombre de piel roja, cuyo rostro pareciera indicar que está listo para atacar.
Se trata de las réplicas de la estatua de La Libertad, un soldado romano y un indio piel roja.
Este encuentro incoherente en el tiempo es posible en una vivienda ubicada en la colonia Reparto por Arriba de Tegucigalpa, donde cada pieza es una representación de la pasión de un coleccionista de gustos diversos.
La idea
Desde hace 50 años que un capitalino que se encaminó por su cuenta a Estados Unidos comenzó a enviar a su hermana en Honduras una taza, un candelabro y una mesa de mármol. La casa lucía elegante con aquella decoración, pero de pronto las figuras de Elvis Presley, cuadros de Jim Morrison, inmensos escudos, bustos de personajes romanos, griegos y hasta estelas mayas comenzaron a llegar.
El responsable de que este espacio sencillo sea un santuario de la diversidad cultural es Marco Rivas y quien custodia ese tesoro es su hermana María Romero de 69 años de edad.
Museo Familiar
“Mi hermano nos envía las cosas por barco, porque son cosas grandes, él nos cuenta que en la casa donde vive en Nueva York vive de manera similar”, manifestó Romero.
Doña María ya se acostumbró a vivir entre la multitud de cosas que hay en su casa.
La que más emplea es una lámpara de más de un metro de altura que personifica a una sirena.
También hay dos télefonos de rueda que funcionan y permiten realizar llamadas por medio del servicio de Hondutel.
En total la vivienda atesora más de 800 piezas.
Y es que se trata de un combo de productos. No solo hay figuras antiguas, también hay productos llamativos y curiosos.
Por ejemplo, está Rachel, una sensual rubia de ojos color azul que viste un diminuto vestido color negro.
Rachel sostiene una bandeja en la que ofrece a sus clientes botes vacíos de las lociones más elegantes del mundo de los aromas. La rubia es una figura de plástico que se convirtió en una de las piezas favoritas del coleccionista.
La colección también le significa trabajo a doña Maríam ya que la limpieza de estos objetos es ardua, pues son aliados del polvo.
“Mi hermano me dice que las tengo que limpiar de manera especial y que las cuide porque son su tesoro”, comentó.
Estas figuras han generado impacto entre los vecinos.
Algunos confunden al símbolo de Nueva York con una Virgen y al romano y al indio piel roja con el Cacique Lempira.
“Mucha gente me pregunta si en la noche estas figuras toman vida, que si nos asustan durante la noche, yo me río porque solo son figuras elaboradas de madera, fibra y metal”, comentó la hermana del coleccionista.
Recorridos
Al llamado Museo Familiar, acuden de manera regular estudiantes y niños de todos los sectores de la colonia.
Doña María estudia y pone atención a las explicaciones de su hermano para ofrecer recorridos guiados a los visitantes.
“Cuando me dicen qué santo es la estatua de La Libertad yo les explico de que se trata y qué significa este símbolo”, expresó la capitalina.
La entrada a este lugar es gratuita, pues su dueño considera que apreciar estas figuras es un privilegio al que no tienen acceso todos los capitalinos.
Tal valoración no dista de la realidad, pues observar a todas las culturas unidas en un mismo estante y en un mismo piso es una oportunidad que no todos tenemos.
Los cuadros son otro de los atractivos de este espacio que llaman la atención de los visitantes.
El propietario del lugar tiene una colección sorprendente de imágenes de reconocidas figuras de la farándula.
The Beatles, Juan Gabriel, Jim Morrison, Al Pacino, Michael Jackson y hasta un retrato de un niño rubio que aseguran era John F. Kennedy cuando era menor decoran las paredes del hogar capitalino.
La seguridad está garantizada dentro de esta casa, porque los vecinos respetan el patrimonio que desde los Estados Unidos forjó Marcos Rivas.