De manera oficial se puede afirmar que fue esta semana, específicamente la noche del 26 de octubre, cuando el nuevo coronavirus fue detectado mediante prueba PCR en La Trinidad (Comayagua), el último municipio que se le resistía.
Una fuente con acceso a los registros de la Unidad de Vigilancia de la Salud también confirmó a EL HERALDO que la enfermedad ya estaba presente en todos los municipios.
La palabra clave es oficial, porque desde un inicio quedó claro que el virus se mueve mucho más rápido que la capacidad de las autoridades hondureñas de detectarlo, además de los criterios dispares para registrar la zona de procedencia de un caso.
Dicho de otra forma: puede que el covid-19 haya llegado antes o que todavía no esté presente (como afirman en La Trinidad) ya que se puede tratar de un caso asintomático o el enfermo se haya movilizado a otro lugar a pasar el aislamiento.
“Sí se ha expandido el virus. Desde el inicio de la pandemia sabíamos que eso era lo que iba a pasar, pues a medida las personas van saliendo más, viajando, se expande', consideró la epidemióloga Sandra Araujo.
De interés: Así es La Trinidad, el último municipio que se mantenía libre de covid-19
Sin embargo, las bases de datos que maneja esta experta aparentemente indican que todavía hay algunos sitios libres de covid-19, con el agravante que estos reportes solo son la punta del iceberg.
'La repercusión dependería de quiénes son esos casos: si son adultos mayores o son personas más jóvenes o pueden ser asintomáticos, entonces las personas asintomáticas o personas jóvenes no traerían alguna repercusión, recuerde que lo que siempre queremos evitar es la muerte”, reflexionó.
Expansión total y la segunda ola
Los expertos hablan de una segunda ola, es decir, después de vivir un pico de contagios y una relativa calma, vuelven a repuntar los casos. Esta vez la ola baña a otras zonas.“(El covid-19) ya está en todos los municipios. Se ha visto que Tegucigalpa ya casi está superando a San Pedro Sula, eso significa que los casos van incrementando, incrementando y la mortalidad, que es la punta del iceberg, se ha levantado otra vez pero en las nuevas zonas donde está alcanzando”, advirtió el epidemiólogo Manuel Sierra.
Sierra hizo una reflexión tenebrosa, pero llena de certeza: “Entre más infectados vienen, más casos graves, más hospitalizados, más muertes”.
Lo que nadie debe dudar es la velocidad de transmisión. Los primeros dos casos del covid-19 fueron registrados el 11 de marzo, separados por más de 400 kilómetros uno del otro. Desde ese día, el SARS-CoV-2 (nombre oficial del virus) estaba presente en dos municipios: la capital y La Ceiba.
Al cierre de marzo ya habían infecciones en 24 municipios (la mayoría en el norte). En abril alcanzó el doble, al extenderse a las principales ciudades: 47 zonas. En mayo casi se triplica (124).
En junio, al intensificar las pruebas, se comprueba que es imparable: eran ya 196 municipios. Un día más era otro municipio con contagios. En los siguientes meses, los expertos advierten que el virus pasa a “ruralizarse” porque llega donde ni el desarrollo ha pisado.
Hasta la semana pasada solo se mantenían invictos cuatro municipios, que quizás vivían en aislamiento antes del covid: San Jerónimo (Copán), San Juan Guarita (Lempira), Las Lajas y La Trinidad (Comayagua).
Cayeron poco a poco como fichas de dominó. La última el pasado martes, La Trinidad, aunque en el pueblo dicen que todavía están en pie y libres del virus.
Texto: E. Domínguez / H. Carrasco