Este grupo de personas positivas o sospechosas de la enfermedad que han logrado ser tratados en los centros asistenciales representan un minúsculo remanente del total de contagios a nivel nacional que forman el subregistro.
Las condiciones de los hospitales (sin la arquitectura básica, tampoco tienen el material humano suficiente) no permiten ampliar la cantidad de atenciones en medio de la crisis sanitaria que tiene agobiada a Honduras.
La mayoría opera con el límite de su capacidad o hasta más, por lo que la letalidad es alta producto de que muchos pacientes llegan en una precaria condición que les impidió ser asistidos en los centros que inicialmente buscaron la ayuda médica.
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La Unidad de Datos de EL HERALDO Plus estudió los ingresos a las salas covid, las entradas a UCI y las defunciones confirmadas de covid-19, así como las sospechosas, de los 33 hospitales de Honduras (que confirman la red pública) con base en registros del 1 de enero pasado al 15 de julio (preliminares), obtenidos a través de la solicitud de información SOL-SDS-2046-2021 .
A nivel general, este equipo encontró que 22,011 pacientes fueron ingresados en salas covid de los diferentes centros asistenciales de la nación, además de los 891 que estuvieron en cuidados intensivos.
En cuanto a los decesos, 3,313 fallecieron de manera confirmada de covid-19, mientras que a 1,380 se les denominó sospechosos de haber muerto por el virus.
Considerando todos los datos de la red pública, la letalidad es del 20%, es decir, uno de cada cinco internos ha muerto o dos de cada 10.
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Letalidad por las nubes
Particularmente el Hospital General Santa Teresa de Comayagua ( HGSTC) es el que registra la mayor letalidad con un 51%, una cifra que indica que la mitad de los ingresos han fallecido de manera confirmada o sin ser oficializados por el virus.La directora del HGSTC, Violeta Castañeda, argumentó que la alarmante cifra se debe a que a que su centro recibe todos los casos graves de coronavirus de los 21 municipios que conforman Comayagua, los enfermos estabilizados en los triajes y los infectados que iniciaron su tratamiento en las clínicas privadas.
“Prácticamente somos un hospital para recibir solo los casos más complicados de todo el departamento”, aseveró.
La funcionaria también precisó que, por tener una sala de cuidados críticos (antes de UCI), la letalidad es alta por causa de que la mayoría de los pacientes ingresados ahí mueren.
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Similarmente se encuentra el sampedrano Mario Catarino Rivas, en el norte hondureño, en donde se contabiliza una letalidad del 47%, seguido, pero con más de diez puntos de diferencia, el San Isidro de Tocoa, en Colón, que registra 34%.
El Hospital de El Progreso, en tanto, acumula un 30%, mientras que el de Atlántida tiene 27%, al igual que el Leonardo Martínez de la ciudad industrial.
Paradójicamente el Hospital Escuela de Tegucigalpa, el principal del país, figura en la posición 23 con una letalidad del 14%, una cifra baja si se compara con los anteriores.
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Detrás de ese índice hay varios puntos: que la letalidad intermedia se debe a que en el HE son más los pacientes que ingresan por ser un punto de remisión, por lo que son menos los que fallecen, según especialistas de ese centro.
Otra causa, precisan expertos, es que en la capital está el Instituto Cardiopulmonar El Tórax que, aunque el HE sea el principal centro, ahí remiten más personas que necesitan la asistencia por covid-19.
La tasa o índice de letalidad se refiere al cociente de fallecimientos en relación a las personas que se han contagiado de dicha enfermedad, cuyo resultado se suele multiplicar por 100 para mostrar el porcentaje.
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Los cupos, un privilegio
Aunque las nuevas cepas del coronavirus han influenciado que la enfermedad sea más transmisible, más agresiva y, también, que se desarrolle una afectación pulmonar en menor tiempo, médicos en primera línea consideran que la falta de cupos en la red pública es la causa toral de que la letalidad sea alta a nivel hospitalario y general.Por ejemplo: El Tórax opera actualmente con 137 camas, de las cuales ocho son para UCI, una capacidad que, consideran sus autoridades, es muy limitada para la cantidad de enfermos que registra Tegucigalpa debido a la pandemia.
Otro caso es el que vive el Hospital de Comayagua, en el que solamente son 28 cupos a nivel de adultos, pero en consecuencia de que los menores se están contagiando cada vez más, se habilitarán en los próximos días cinco cupos más.
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Un estudio de la Revista de la Asociación Médica Estadounidense (JAMA, por sus siglas en inglés) muestra que los pacientes de coronavirus ingresados en UCI durante los periodos de alta demanda tuvieron un riesgo de morir casi dos veces mayor en comparación con los tratados durante la menor ocupación.
Concretamente, cuando la demanda de UCI pasó del 25% al 50% la mortalidad creció, pero el número incrementó todavía más cuando el aforo de esa sala sobrepasó el 75% de capacidad.
El estudió encontró que, aunque aumentaron la capacidad de UCI durante la pandemia, las altas ocupaciones en esas salas están relacionadas con la alta mortalidad.
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Un presagio
Que Honduras mantenga una ocupación hospitalaria casi al borde del colapso es una señal, para el médico Daniel Fernández, que la letalidad crecerá porque no habrá asistencia para todos los enfermos.Hasta el reporte del 24 de agosto, 1,168 pacientes estaban hospitalizados por coronavirus en los centros estatales, lo que representa el 89% de ocupación de la red pública.
En medio del sombrío baile de cifras, el personal sanitario ha pedido a la Secretaría de Salud que amplíe el número de camas en los hospitales, así como la creación de centros de estabilización para personas que necesitan alto flujo de oxigeno que no pueden ingresar a los hospitales por la falta de espacios.
Otro de los puntos capitales es que la vacunación, con el esquema completo, marcha con morosidad: casi un millón han completado con la pauta, una cifra inquietante porque se ha visto que los que se enferman con una dosis alcanzan altos nivel de neumonía y, varios, hasta mueren, según el reporte de los triajes.
El llamado de los especialistas, por los cuadros clínicos, es que las personas acudan a la asistencia con mayor cautela para evitar el desarrollo de la enfermedad, una situación que está provocando más muertes, pero que, debido a la saturación hospitalaria, es imposible que todos accedan a la ayuda.
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