Informes de operaciones antidrogas en los departamentos de Atlántida, Colón y Gracias a Dios muestran que esta zona se ha convertido en un hervidero de delincuentes, de grandes capos de la droga, así como de otros de poca monta, de principiantes en el negocio y de bandas dedicadas al quite y venta de drogas.
EL HERALDO Plus tuvo acceso a dos reportes enviados a la oficina de inteligencia militar donde se menciona a unos 30 individuos y grupos dedicados al tráfico de estupefacientes en ese sector, entre ellos aparece el nombre de Wilter Blanco y el cartel de Los Cachiros (presos en Estados Unidos) y el de Óscar Everest Vega Aragón, sobre quien ese país norteamericano mantiene una investigación abierta, según anunció su embajada en esta capital el 7 de octubre de 2016.
De igual manera, en la lista se menciona a los hermanos Set y Roberto Paisano, quienes actualmente se encuentran presos en la cárcel de La Tolva de Morocelí, El Paraíso, tras ser acusados por la Fiscalía por el delito de lavado de activos.
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Asimismo, aparece el nombre de Pepito Almendares. Entre las bandas se identifica a la de Los Grillos, la familia de los Peña y la banda de Los Indios, entre otras.
Un reporte de 2013 hacía ver que algunos integrantes de la banda de Los Indios “cooperan con el personal del apostadero naval de Palacios con información de las otras bandas, así como con herramientas, cargadores y en ocasiones hasta con combustible, entre otros. Está liderada por Estanislao Moreno, Alias ‘Tano’”.
Un exagente antinarcóticos entrevistado por EL HERALDO manifestó que mientras no haya un verdadero control terrestre, aéreo y marítimo los cargamentos de droga seguirán ingresando al país, principalmente por La Mosquitia.
Si a esto se une el involucramiento de altos políticos en el negocio de las drogas, militares y policías vinculados al narcotráfico, la situación se vuelve más compleja, sostuvo.
Para él, Mármol Vallejo solo es uno más de los muchos que hay. Gracias a Dios y sectores de Colón son actualmente el epicentro de descarga de la droga, a tal extremo que La Mosquitia ahora parece un cementerio de narcoavionetas, lamentó.
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