Sin apoyo de los rabinos ni el Partido Nacional, JOH va a juicio prácticamente solo
Los rabinos dejaron de apoyarlo económicamente con su defensa y en el PN nadie quiere hablar de él, lo que evidencia que en la política solo hay amigos cuando se está en el poder, opinó Juan Carlos Barrientos
TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Del Partido Nacional casi nadie quiere hablar sobre él, los rabinos primero se mostraron impactados del trato inhumano en su detención y luego le dieron la espalda.
El expresidente Juan Orlando Hernández enfrenta un juicio por delitos relacionados al narcotráfico completamente solo. Su familia es su único apoyo, pues cuando a políticos de la estrella solitaria se le pregunta por el exmandatario, el máximo representante de esa institución política entre 2014 y 2022, guardan silencio.
La única que opinó sobre su caso fue la diputada Johana Bermúdez, quien dijo en la cárcel, en el hospital y en situaciones difíciles es que se conoce a los verdaderos amigos, frase que deja claro que JOH está solo.
Desde que Hernández fue extraditado el 21 de abril de 2022, el partido de la estrella solitaria entró en un silencio sistemático sobre su proceso judicial.
Lo más que dijeron es que “Estado Unidos está juzgando a JOH, no al Partido Nacional”, mencionó Tomás Zambrano, jefe de la bancada nacionalista en el Congreso Nacional, dejando claro que Hernández ya no tiene el respaldo de esa institución política.
Liderazgo nacionalista
El expresidente fue detenido en su casa de habitación en Tegucigalpa el 15 de febrero de 2022, luego de que Estados Unidos lo solicitara en extradición por tres delitos: conspiración para importar sustancia controlada a los Estados Unidos, usar o portar armas de fuego, ayudar e instigar al uso y el porte y la posesión de armas de fuego y conspiración para usar o portar armas de fuego.
Hernández ha rechazado cualquier cargo de narcotráfico y aseguró que su gobierno ha combatido ese delito.
Hoy, a las puertas de un magnánimo juicio en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, parece que enfrentará, al menos públicamente, las acusaciones con el apoyo de parientes cercanos y algunos amigos, pero no de sus correligionarios y otros socios políticos.
Juan Orlando Hernández fue el motor y el estratega más prolífico del nacionalismo mientras ostentó la Presidencia de Honduras durante dos períodos consecutivos.
Su liderazgo entre los nacionalistas trascendió hasta el punto de tener el apoyo para buscar una reelección controvertida, especialmente por los procedimientos que tuvieron que tomar para que el nacido en Gracias, Lempira, el 28 de octubre de 1968, se reeligiera en 2017. Su segundo mandato inició en 2018.
En noviembre de 2021, el murmullo alrededor de Hernández era que Estados Unidos solicitaría su extradición una vez la estafeta de mando pasara a su sucesor, incluso si era de su partido.
Parte de esto tras el rastro que dejó Juan Antonio “Tony” Hernández, hermano menor de JOH, condenado en 2021 a cadena perpetua más 30 años en la misma corte neoyorquina y por el mismo juez que ahora decidirá sobre el exgobernante.
Correligionarios
Los candidatos a diputados, alcaldes, regidores y otros grandes líderes del Partido Nacional olfatearon que la imagen de Juan Orlando Hernández, en sus índices de popularidad más bajos, sería contraproducente y se plegaron a la estrategia de evitar mencionarlo o referirse a su mandato.
En tanto, destinaron en Nasry “Tito” Asfura, el candidato oficialista a la presidencia, todos sus esfuerzos para seguir en el poder. Con escuetas muestras en las que proferían su “solidaridad” por las acusaciones contra el exmandatario, la mayoría de líderes políticos azules dejaron claro que no se arriesgarían a asegurar que Hernández es inocente.
Fue hasta hace un mes, cuando la familia de Juan Orlando Hernández abrió una campaña de donaciones en el sitio Gofundme (que fue cerrada cuando había recaudado casi 27,000 dólares), que algunos miembros de esa entidad donaron entre 500 y 100 dólares para apoyar a Hernández con el pago de los honorarios de sus abogados.
Sin embargo, en el partido Nacional están claros sobre que el mensaje no puede ser ponderar la trayectoria de Hernández Alvarado y ni siquiera se refieren a él.
Este rotativo llamó a varios de los políticos nacionalistas, pero no contestaron las llamadas.
En una conversación vía teléfono, Bermúdez fue la única que se refirió al exmandatario, asegurando que “Juan Orlando era un tipo que escuchaba a toda la gente y luego planteaba las posibles soluciones a los problemas que le confiaban. De él aprendí a escuchar a todo mundo, a los que piensan igual que mí, a los que piensan diferente, incluso escucho a gente que hoy es gobierno y que fueron acérrimos opositores a él”.
Para Juan Carlos Barrientos, abogado constitucionalista, esto evidencia que las amistades en la política solo se mantienen cuando se está en el poder.
“Cuando usted deja de estar en el poder y usted está en una situación tan comprometida, como la que tiene Juan Orlando Hernández, definitivamente la gente lo deja solo, y también todos los que se beneficiaron de él”, mencionó.
Los rabinos
El Consejo de Rabinos de las Américas con sede en Washington, Estados Unidos, emitió en febrero de 2022, cuando en Honduras fue capturado Hernández, un comunicado en el que afirman estar “impactados” por el trato “inhumano” contra el expresidente cuando fue arrestado (iba esposado de pies y manos).
“El mundo entero fue impactado por la noticia del arresto del expresidente de la República de Honduras, Juan Orlando Hernández, en nuestro caso en específico no por la noticia en sí, sino por el trato inhumano, denigrante y degradante del que fue objeto el señor Hernández, pues ya sabíamos desde hace varios años de que el sería acusado, solicitado en extradición y enjuiciado”, inicia el documento.
Tras su detención y, posteriormente, su extradición, Jorge Bar-Levy financió la defensa de Hernández, pero a finales de 2022 retiró su apoyo porque, según él, el abogado Raymond Colon estaba “secuestrando a la defensa”.
En enero de 2024 se conoció que Bar-Levy se reunió con la Administración de Control de Drogas (DEA) en febrero de 2020, dos años antes de la orden de extradición del expresidente de Honduras.
En estas reuniones, Bar-Levy proporcionó pruebas sustanciales, como chats de WhatsApp y correos electrónicos, que ahora forman parte crucial del caso presentado contra Hernández.
La Fiscalía aceptó que sí hubo una reunión entre Bar-Levy y la DEA, pero negó haber solicitado al rabino que se infiltrara en el equipo de defensa de Hernández.
Estados Unidos
Hernández fue, principalmente, cercano a Donald Trump, el republicano presidente norteamericano entre 2017 y 2021. Así logró, por ejemplo, consolidar un vínculo con la CIA (Agencia Central de Inteligencia) y otras entidades de seguridad especialmente a través del Departamento de Estado durante su gestión.
Esto ocurrió porque Honduras, considerado como clave para Estados Unidos en temas de narcotráfico, proveía para el país de “las barras y las estrellas” un terreno sólido para investigar a grandes capos y cadenas del tráfico de drogas.
Sin embargo, tanto esta agencia como diplomáticos estadounidenses de alto nivel se desprendieron de ese pasado cercano con Hernández una vez se acercaba su salida del gobierno.
“Juan Orlando se tomaba fotos hasta con Donald Trump, con el jefe del Comando Sur, con el secretario del Departamento de Estado. Si solo le faltó que se pudiera tomarse una foto allá en Nueva York con aquel de Rudolph Giuliani (exalcalde de Nueva York). ¿Y de qué le sirve eso?, si es que los gringos no tienen amigos, lo que tienen son intereses”, opinó Barrientos
Israel
El expresidente de Honduras mantuvo una estrecha relación con Israel durante su mandato. Durante sus ocho años como presidente, Hernández convirtió a Honduras en uno de los aliados más confiables de Israel en América Latina.
Hernández visitó Israel en 1991 y participó en un curso de liderazgo organizado por MASHAV, la Agencia de Cooperación Internacional para el Desarrollo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel.
Durante su mandato, Honduras se convirtió en el cuarto país en abrir una embajada en Jerusalén y Hernández apoyó regularmente a Israel en las Naciones Unidas y otros organismos internacionales.
Cuando fue arrestado, los principales líderes de la política exterior israelí no se refirieron a la detención y a las acusaciones que todavía enfrenta el expresidente.