Cronología: La caída de Juan Orlando Hernández, culpable por narcotráfico
El expresidente Juan Orlando Hernández fue encontrado criminalmente responsable de delitos relacionados con el tráfico de drogas y uso de armas. La lectura de sentencia será el 26 de junio
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NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.- La sala del juicio estaba cargada de expectación y nerviosismo, el tiempo parecía haberse detenido, como si cada segundo pesara una tonelada.
A las 12:15 del mediodía (hora de Honduras) los alguaciles comenzaron a moverse en la sala insinuando que algo importante sucedería en los próximos minutos.
El expresidente Juan Orlando Hernández salió de una celda del interior de la Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York y recorrió los pasillos internos para enfrentar uno de los momentos más cruciales de su vida: estaba en juego su libertad.
Se sentó, cerró sus ojos, colocó sus manos en posición de oración y elevó una plegaria a Dios; fue breve.
Recibió dos palmadas en la espalda de su abogado Raymond Colón.
Lucía tenso, serio, jugaba con sus manos. Pasaron cinco minutos y el alguacil que se encargó de la seguridad del jurado abrió una puerta.
En sus manos llevaba un sobre de manila que contenía el futuro de Hernández. Lo entregó a la secretaria del tribunal y está a su vez al juez Kevin Castel que declaró “tenemos veredicto”, ordenando que hicieran pasar a los 12 integrantes del jurado para oficializar el fallo.
La tensión se apoderó del expresidente quien, una vez más, elevó una oración al cielo y recibió otra palmada de Colon, quien trataba de reanimarlo.
En la sala era un silencio total apenas se lograba escuchar la aguja segundera de un viejo reloj colgado en la pared.
Mientras esperaban el veredicto, el juez dio instrucciones y advertencias al público sobre evitar reacciones durante la lectura y si no cumplían serían arrestados por los alguaciles.
Había pasado un día y medio desde que el togado Castel había instruido al jurado e inmediatamente se había retirado a deliberar, con las evidencias en una computadora portátil, para decidir el futuro de un hombre que en el pasado había manifestado ser un aliado de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico.
Uno a uno pasaron por enfrente de Hernández los miembros del jurado, tomaron su lugar y ya no había marcha atrás.
A las 12:28 el juez le preguntó al presidente del jurado que si estaba listo para pronunciar el veredicto y este aseguró que sí.
Juan Orlando, mientras tanto, respiró hondo y vio al jurado, su semblante era serio y sereno.
Los cargos
La secretaria del tribunal se acercó al jurado, entregó un micrófono al número 13 y comenzaron los segundos de angustia para Hernández.
Secretaria: ¿Cómo declaran al acusado del primer cargo de conspirar para importar cocaína a Estados Unidos?
Jurado 13: Culpable.
Secretaria: ¿Cómo declaran al acusado del segundo cargo de conspiración para el uso de ametralladoras y dispositivo destructivos?
Jurado 13: Culpable.
Secretaria: ¿Cómo declaran al acusado del tercer cargo uso de ametralladoras y dispositivo destructivos?
Jurado 13: Culpable.
En un histórico juicio, el expresidente de Honduras en dos periodos consecutivos (2014-2018 y 2018-2022) había sido hallado culpable de los tres cargos por los que fue acusado por la Fiscalía de Nueva York a finales de su mandato en enero de 2022.
El jurado fue implacable y no tuvo duda razonable contra el expresidente.
Tras escuchar el fallo, Juan Orlando Hernández, agachó su cabeza y no podía creer lo que había sucedido. Estaba derrotado.
La secretaria con instrucciones del juez Castel, consultó uno a uno de los miembros del jurado si estaban de acuerdo con el veredicto y respondieron que sí, reconfirmando lo establecido en el fallo que puede llevar al expresidente a pasar el resto de su vida tras las rejas.
Castel, agradeció al jurado por las intensas jornadas de trabajo y se retiraron por la misma puerta por la que entraron para continuar con una vida normal en Nueva York.
El expresidente estaba de pie y apenas podía sostenerse con sus manos soportando la mesa.
En seguida, el juez consultó algunos datos generales a Hernández y fueron respondidos por su equipo de defensa.
El togado Castel programó la audiencia de lectura de sentencia para el 26 de junio a las 10 de la mañana.
De su lado, los alguaciles se acercaron al expresidente para notificarle que había llegado el momento de retirarse de la sala.
Hernández Alvarado se levantó, se dio la vuelta ante el público y algunos familiares y amigos, y declaró: “Soy inocente. Háganselo saber al mundo”.
Y del público apenas se logró escuchar una voz que dijo: “Vamos a seguir luchando con este sistema de justicia injusto y con este juez injusto”.
El expresidente salió de la sala de juicio, llegó a una celda, se cambió uno de los trajes que lo habían acompañado durante el juicio, se puso el uniforme de prisionero, fue esposado de pies y manos, y devuelto a la cárcel administrativa de Brooklyn.
Posición de la defensa
A igual que Hernández, sus abogados Raymond Colon, Renato Stabile y Sabrina Shrof, se fueron golpeados tras el fallo; se notaba en sus rostros.
“Hoy es un día triste”, afirmó Colon, mientras era entrevistado por un grupo de periodistas en las afuera de la Corte.
Aseguró que, a pesar del veredicto, continuarán luchando por la inocencia de su cliente y que apelarán la decisión del tribunal.
“Él mantiene que es inocente”, declaró. Al mismo tiempo, manifestó que “es triste que las palabras de narcotraficantes psicópatas condenen a un hombre noble”.
Los abogados de Hernández tienen un término de 60 días para presentar un recurso de apelación ante la Corte Segunda de Apelaciones de Estados Unidos, con el que intentarán revertir el resultado del juicio.
Por otra parte, Colon mostró su preocupación por la seguridad de la familia de Hernández en Honduras, y reflexionó sobre el tiempo y los recursos invertidos en el caso.
“Estos casos criminales son largos, me tomó dos años de mi vida”, afirmó.
Sobre la petición de la ex primera dama, Ana García de Hernández, de que harán una solicitud a Estados Unidos para viajar a ver al expresidente tras el fallo, declaró que: “posiblemente haremos a hacer la petición, pero no es probable que la acepten”.
Victoria para la Fiscalía
Luego del fallo, apenas una sonrisa se asomó por el rostro de los jóvenes fiscales que llevaron el juicio de Hernández Alvarado; Jacob Gutwillig, Elinor Tarlow, Kyle Wirshba y David Robles. Habían ganado el caso, quizás el más importante de su carrera.
El fiscal federal de Nueva York, Damian Williams, declaró que: “Juan Orlando Hernández tuvo todas las oportunidades de ser una fuerza para el bien en su Honduras natal. En cambio, optó por abusar de su cargo y de su país para su beneficio personal y se asoció con algunas de las organizaciones narcotraficantes más grandes y violentas del mundo para transportar toneladas de cocaína a Estados Unidos”.
Aseveró que “tengo la más sincera esperanza de que esta convicción envíe un mensaje a todos los políticos corruptos que considerarían un camino similar: elegir de manera diferente. Mi oficina no se detendrá ante nada para investigar y procesar a los responsables de enviar veneno a esta comunidad, sin importar su estatus o poder político”.
Mientras que el Fiscal General de Estados Unidos, Merrick B. Garland aseveró que Hernández “abusó de su posición como Presidente de Honduras para operar el país como un narcoestado donde a los narcotraficantes violentos se les permitía operar con virtual impunidad, y a los pueblos de Honduras y Estados Unidos se les permitía operar con total impunidad, obligado a sufrir las consecuencias. Como lo demuestra la condena de hoy (ayer), el Departamento de Justicia está perturbando todo el ecosistema de redes de narcotráfico que dañan al pueblo estadounidense, sin importar qué tan lejos o cuán alto debamos llegar”.
De su lado, la administradora de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés), Anne Milgram, señaló que “cuando el líder de Honduras y el líder del cartel de Sinaloa trabajan mano a mano para enviar drogas mortales a las comunidades estadounidenses, ambos merecen rendir cuentas en Estados Unidos. Este caso debería enviar un mensaje claro de que nadie está por encima de la ley ni fuera de nuestro alcance”.
En total, sostiene el Departamento de Justicia de Estados Unidos, Hernández y sus cómplices traficaron más de 400 toneladas de cocaína con destino a Estados Unidos a través de Honduras durante el mandato de Hernández en el gobierno hondureño.
Con el resultado del juicio quedó evidenciado que a lo largo de 12 años, según señala la Fiscalía, estuvo en el centro de uno de los mayores y más violentos carteles de la droga.
En un comunicado de prensa, el Departamento de Justicia sostuvo que él abusó de su posición y autoridad en Honduras para facilitar la importación de toneladas de cocaína a Estados Unidos.
“A cambio, Hernández recibió millones de dólares en dinero del narcotráfico de algunas de las organizaciones narcotraficantes más grandes y violentas de Honduras, México y otros lugares, y utilizó esos sobornos para impulsar su ascenso en la política hondureña”, señaló.
A lo largo de su mandato, según la Fiscalía, Hernández promovió públicamente la legislación y los esfuerzos que pretendía realizar en apoyo de las medidas antinarcóticos en Honduras. Al mismo tiempo, protegió y enriqueció a los narcotraficantes de su círculo íntimo y a quienes le proporcionaron sobornos alimentados con cocaína que le permitieron obtener y mantenerse en el poder en Honduras.
Extradiciones
En el comienzo y en el final del juicio, los fiscales aseveraron que el exmandatario confirmó selectivamente las extradiciones que enviaba a Estados Unidos durante su gestión.
Alegaron que nunca los capos de la droga Devis Leonel y Javier Heriberto Rivera Maradiaga, cabecilla de Los Cachiros; El exalcalde de El Paraíso, Copán, Alexander Ardón; el exvicealcalde de Gracias, Lempira, Mario Hernández; el hijo del expresidente Porfirio Lobo Sosa, Fabio Lobo, entre otros.
“Confirmó selectivamente las extradiciones al utilizar su Poder Ejecutivo para apoyar las extradiciones a los Estados Unidos de ciertos narcotraficantes que amenazaban su control del poder y prometiendo a narcotraficantes que le pagaban y seguían sus instrucciones que permanecerían en Honduras”, señaló la Fiscalía.
En el mandato de Hernández fueron extraditados los cabecillas del cartel de los Valle Valle, Miguel Arnulfo y Luis Alonso; Carlos “El Negro” Lobo, Héctor Emilio Fernández Rosa, Noé “Tom” Montes Bobadilla, Sergio Neftalí Mejía Duarte, entre otros.
Corrompió a la Policía
La Fiscalía acusó, por otro lado, que Hernández y sus cómplices abusaron de las instituciones hondureñas, incluida la Policía Nacional de Honduras y el Ejército de Honduras, para proteger y hacer crecer su conspiración.
Entre otras cosas, los miembros de la conspiración utilizaron agentes de la Policía Nacional de Honduras fuertemente armados para proteger sus cargas de cocaína mientras transitaban por Honduras. Entre estos oficiales figuran Juan Carlos “El Tigre” Bonilla y Mauricio Hernández Pineda, quienes figuran en la misma conspiración pero se declararon culpable de los cargos, así como Mario Guillermo Mejía Vargas, quién se declaró culpable, firmó un acuerdo de colaboración eficaz y testificó en el juicio de Hernández.
Los miembros de la conspiración también recurrieron a la violencia y el asesinato para proteger y hacer crecer su empresa de narcotráfico, atacando y asesinando a traficantes rivales y a aquellos que amenazaban su control del comercio de cocaína en Honduras.
Testimonios fueron clave
Durante el juicio de Hernández, que se extendió durante tres semanas consecutivas, desfilaron cabecillas de carteles de la droga como Alexander Ardón, exalcalde de El Paraíso, Copán y Devis Leonel Rivera Maradiaga, de Los Cachiros, quienes juntos se adjudicaron las muertes de más de 200 personas durante su mandato de violencia y crimen en Honduras a inicios de la década de 2000 hasta 2015.
Ellos aseguraron que Hernández conspiró con sus carteles para traficar drogas a Estados Unidos, les brindó protección a sus cargamentos y nunca los extraditó.
A cambio el expresidente recibió el pago de millonarios sobornos, según se evidenció en el juicio. Fabio Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo Sosa, aseguró que el exmandatario estaba implicado en el tráfico de drogas y que se enteró cuando en una reunión en un restaurante capitalino este le solicitó usar sus influencias para rescatar una avioneta cargada de cocaína que había sido decomisada en Roatán, Islas de la Bahía.
Dijo que también había sobornado a Hernández Alvarado. Todos estos testigos esperan una reducción en su sentencia o en su defecto el otorgamiento de una carta 5K1, que no es más que su libertad definitiva.