Juan Orlando Hernández, el expresidente con la pena más severa en Estados Unidos

NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.- El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, fue sentenciado a 45 años de cárcel y cinco años más de libertad condicional en Estados Unidos por los delitos relacionados con el tráfico de drogas y armas, convirtiéndose en el primer expresidente hondureño en recibir una condena de esta magnitud en territorio estadounidense.

La sentencia se dio a conocer tres meses y medio después de que Hernández fuera declarado culpable de conspiración para importar cocaína a Estados Unidos, conspiración para poseer armas de fuego y dispositivos destructivos para el narcotráfico, y posesión de ese tipo de armamento durante la conspiración de narcotráfico.

En la Corte del Distrito Sur de Nueva York, bajo la dirección del juez Kevin Castel, quien también sentenció a Juan Antonio “Tony” Hernández, se determinó que Juan Orlando Hernández cumpla una pena menor que la de su hermano.

Pero Juan Orlando Hernández no es el primer expresidente centroamericano juzgado en Estados Unidos, aunque sí el primero en recibir una pena de más de 40 años.

En el caso de Rafael Leonardo Callejas, expresidente del Honduras entre 1990 y 1994, también enfrentó la justicia estadounidense por su implicación en un escándalo de corrupción relacionado con la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA). Callejas se declaró culpable y esperaba su sentencia cuando falleció en 2020 en un hospital de Georgia, Estados Unidos.

Manuel Antonio Noriega, exdictador de Panamá, fue condenado en 1992 a 40 años de prisión, posteriormente reducidos a 30, por conspiración para importar cocaína y lavado de dinero. Noriega cumplió 10 años de su condena en Estados Unidos antes de ser extraditado a Francia y luego a Panamá, donde enfrentó otros cargos y falleció en 2017 a los 83 años.

Alfonso Portillo, expresidente de Guatemala, fue sentenciado en 2014 a casi seis años de cárcel por conspirar para lavar dinero. Portillo admitió haber recibido sobornos del Gobierno de Taiwán y, tras cumplir su condena en Estados Unidos, regresó a Guatemala en 2015.

El proceso judicial contra Hernández comenzó después de que finalizara su segundo mandato como presidente, en una polémica reelección. Estados Unidos solicitó su extradición a menos de un mes después de salir del poder.

En febrero de 2022, la Secretaría de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional de Honduras remitió el pedido de extradición a la Corte Suprema, que nombró a un juez natural para el caso.

Este juez emitió una orden de detención contra el expresidente, quien se encontraba en su vivienda en Tegucigalpa. Hernández se entregó voluntariamente a las autoridades de la Secretaría de Seguridad, que organizaron un fuerte operativo en torno a su residencia.

Hernández fue trasladado al Comando de Operaciones Especiales de la Policía Nacional, conocido como “Los Cobras”, donde permaneció bajo arresto mientras se completaba el proceso legal de extradición.

Finalmente, el 28 de marzo de 2022, el juez natural ratificó la entrega del exmandatario a la justicia estadounidense. El 21 de abril, Hernández fue entregado a agentes de la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos.