El descuido de las autoridades municipales y las pugnas por la dirección del mercado Zonal Belén tienen convertidas las instalaciones en un enorme desastre donde reinan el desorden y la contaminación.
A pesar de que esta plaza comercial es una de las principales receptoras y abastecedoras de alimentos para todas las regiones del país, las condiciones en las que se realizan las diferentes acciones comerciales no son las mejores.
Olores fétidos
Clientes, proveedores y los mismos adjudicatarios denunciaron ayer las precarias condiciones en las que trabajan.
El sistema de aguas negras y tragantes pluviales del mercado permanecen colapsados hace más de dos años.
Esta particularidad permite que los más de 5,000 clientes que a diario visitan el lugar estén expuestos a un enorme foco de contaminación.
Más de una decena de servicios sanitarios a lo interno del inmueble se encuentran en mal estado y su uso provoca que las heces fecales se acumulen en el pozo principal.
La falla de este sistema provoca una fetidez permanente en el lugar que se vuelve crítica cuando llueve, ya que las aguas fecales corren por la calle.
Julio Matute, un locatario del mercado, contó que las cuadrillas del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA), llegan de forma continua.
Empero, en cada visita de los técnicos del SANAA al lugar el resultado es el mismo. “Solo vienen a ver, platican un rato y luego se marchan. Nunca resuelven el problema”, sostuvo.
Entretanto, Carlos Velásquez, un operador de taxi, comentó que hay momentos en que el dolor de cabeza y el vómito son incontrolables producto del hedor.
Ante los cuestionamientos, el jefe de la Unidad de Alcantarillado del ente autónomo, Franklin Oyuela, aseveró que resolver la situación le corresponde a la Alcaldía en vista de que el problema es de tragantes.
Oyuela acusó a los vendedores de mantener repletos de basura los pozos colectores.
Hacinamiento
Otro problema que hay en la zona y que se ha convertido en el común denominador de los mercados en la capital es el hacinamiento de vendedores.
En el Zonal Belén, según los miembros de la nueva junta directiva, existen 816 adjudicatarios, que ocupan 1,271 puestos de ventas.
A esta cantidad se le suma una invasión de entre 500 y 600 vendedores ambulantes o carretilleros, lo que vuelve más difícil la circulación.
Los adjudicatarios demandaron más diligencia de la Alcaldía, en vista de que la instalación resulta insuficiente para albergar la enorme demanda comercial.
A este recinto se estima que ingresan unas 50 mil personas semanales a realizar sus compras, al tiempo que unos 500 proveedores abastecen las diferentes bodegas.
Los dirigentes estiman que en la zona se mueven entre 80 y 100 millones de lempiras al día, cifra que ha venido en picada, pues los clientes no están llegando como antes.
Abandono
Sectores involucrados en el giro comercial del mercado consideran que los problemas que hay se deben a las pugnas entre dirigentes.
Rafael Sánchez, tesorero de la recién electa administración, acreditó los problemas a la duplicidad de juntas directivas que operan en la zona y reconoció que han recibido varias quejas de los adjudicatarios.
“Los trabajos de mantenimiento en atención a los problemas del mercado están paralizados porque la antigua junta directiva no quiere entregar los cargos”, indicó.
Agregó que esta situación es lo que impide que el nuevo grupo de trabajo comience a resolver los problemas.
“Nosotros queremos trabajar, hace dos años aquí en este mercado no existía la cantidad de problemas que hoy tenemos”, apuntó.
La plaza de ventas, que se ubica en el insigne barrio Belén, adolece de autoridades.
El alcalde Ricardo Álvarez, por su parte, dijo estar a la orden de los comerciantes para resolver los problemas de aguas negras o lluvias que en la actualidad existen.
“Atendemos la denuncia y buscaremos el apoyo del SANAA para que en compañía de los vendedores, pongamos una solución al problema”, dijo.
El edil aseguró que a la fecha ni la Gerencia de Mercados ni la dirigencia de los vendedores habían denunciado el problema.