El terreno es propicio para proyectos de energía eólica similares a los de Santa Ana, aseguran sus habitantes.
Actualmente el acuífero natural de la montaña es subutilizado para labores domésticas y de lavado por parte de los pobladores.
El pequeño embalse natural tiene un espejo de agua de más de 300 metros cuadrados, aunque se ve afectado por una vasta capa de lirio acuático que ha crecido debido al histórico abandono.