DOHA, QATAR.-“Los mensajes no fueron buenos”. Así lo expresaron las asociaciones europeas en defensa de las personas LGBTQ+, que no están convencidas de las garantías por parte de Qatar de que los visitantes vayan a ser recibidos sin discriminación durante el Mundial, que comenzará el domingo.
En el pequeño emirato, las relaciones sexuales fuera del matrimonio y las homosexuales están tipificadas. Pero, el propio emir aseguró que su país abriría “sus puertas a todos los simpatizantes, sin discriminación”, ante los miembros de Naciones Unidas el próximo 20 de septiembre.
La FIFA también reitera que las banderas del arcoíris serán bienvenidas en los estadios. En cambio, esto no resulta suficiente para convencer a las asociaciones de alentar a sus miembros a ir a Qatar.
El miércoles, el respetado periodista deportivo estadounidense Grant Wahl publicó en su cuenta de Twitter las instrucciones dadas a las fuerzas de seguridad de que “las personas que vistan los colores arcoíris” o “muestren signos de afecto en las calles, fan zone o estadios” “no serán abordadas, arrestadas ni procesadas”.
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Según la oenegé Human Dignity Trust, con sede en Londres, “existen pocas pruebas de la aplicación de la ley estos últimos años y el alcance de la discriminación y la violencia contra las personas LGBT no está claro”.
Sin embargo, la casi totalidad de las asociaciones contactadas por la AFP aseguró que ninguno de sus miembros viajaría a Qatar, debido sobre todo a las divergentes señales enviadas, según las organizaciones.
Así, un exfutbolista catarí, Khalid Salman, “embajador” del Mundial, que calificó la homosexualidad de “daño mental” durante una entrevista en la cadena pública alemana ZDF, antes de lamentar que su declaración haya sido “sacada de contexto”, reiteró: “Todo el mundo será bienvenido, pero nuestra religión y nuestra cultura no cambiarán por el campeonato”.
- “Boicoteamos totalmente el evento” -
“Cada dos días nos dicen que somos bienvenidos y, al día siguiente, cambian. Los mensajes no fueron buenos”, resume el francés Bertrand Lambert, vicepresidente de PanamBoyz&Girlz United.
“Al final, mucha gente decidió no ir. Nosotros, por ejemplo, estamos boicoteando totalmente el evento”, precisa.
“Oímos repetir, con una especie de insistencia robótica, que estaremos a salvo, que somos bienvenidos, pero esto no está respaldado por ningún elemento concreto o proyecto documentado”, abunda Di Cunningham, cofundadora de “Three Lions pride”, cuyos “miembros han decidido no viajar”.
Según esta asociación, “a diferencia de lo que sucedió en Rusia (durante el Mundial de 2018), no hay señales de un posible deseo de mejorar” las cosas para las personas LGBTQ+.
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Qatar “no es un entorno en el que las personas LGBTQ+ puedan razonablemente esperar sentirse seguras”, escribe la directora de programas, Liz Ward, en el sitio web de la oenegé StoneWall, con sede en el Reino Unido, una de las más importantes de Europa.
Un mensaje del que se hizo eco un diputado laborista, Luke Pollard, quien, hablando como “aficionado homosexual de Inglaterra”, cree que viajar a Qatar no es “seguro” para los aficionados LGBTQ+.
“Lamentablemente, nuestra indignación no es nueva: conocíamos la situación cuando se eligió a este país”, explica Rubén López, de la federación que aglutina a la mayoría de asociaciones españolas, que insiste en la “vergüenza de haber elegido” a Qatar.
Tal como había anunciado, al igual que otros siete capitanes que habían mostrado su intención, el portero francés Hugo Lloris finalmente no lucirá el brazalete multicolor inclusivo, mientras que varios equipos pretenden hacer gestos hacia la comunidad LGBTQ+.
El avión oficial de Alemania lleva un mensaje inclusivo en su fuselaje y el centro de concentración de la selección de Estados Unidos estará decorado con una bandera arcoíris.