Washington, Estados Unidos
Veinte de los 34 estados miembros de la Organización de Estados Americanos se comprometieron el martes a definir 'pasos concretos que contribuyan a identificar soluciones diplomáticas' a la crisis política venezolana.
La embajadora canadiense Jennifer May Loten leyó una declaración a nombre de 20 países, a los que no identificó, durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente.
El embajador mexicano Luis Alfonso de Alba Góngora dijo acto seguido que su país es uno de los que suscribieron la declaración y se comprometió a que 'durante los próximos días trabajaremos todos los estados miembros lo que debería ser el curso de acción en el seno de la OEA'.
Sin embargo, el viceministro venezolano para América del Norte, Samuel Moncada, describió la celebración de la reunión como un 'acto hostil' por considerar que un debate sin su autorización equivale a una violación de su soberanía.
'Se ha consumado un acto de intervención en Venezuela sin que le hayamos dado ninguna autorización para intervenir en nuestros asuntos', dijo. 'Esta es una absoluta violación al derecho internacional'.
Por su parte, el subsecretario de Estado adjunto para el hemisferio occidental, Michael Fitzpatrick, enumeró —sin mostrar preferencia por alguna— propuestas presentadas por varios países, las cuales incluyen crear un grupo de territorios amigos, enviar una delegación a la nación sudamericana para dialogar directamente con actores políticos e invitar a los tres expresidentes que mediaron el diálogo infructuoso celebrado el año pasado con la mediación del Vaticano.
'Creemos que una participación más intensa de la OEA es apropiada. Para que ello ocurra, será esencial que Venezuela acepte la mano extendida por la OEA', señaló.
Caracas ha acusado reiteradamente al organismo multilateral de prestarse a los intereses de Washington para atentar contra gobiernos de izquierda en la región.
La sesión adquirió un tono agrio hacia el final, cuando varios embajadores advirtieron que abandonarían la sala en señal de protesta después de que Moncada calificara como 'golpista' al gobierno del presidente brasileño Michel Temer y dijera que 'si Colombia nos quiere ayudar, que pare la producción de cocaína'.
La representante peruana Ana Rosa Valdivieso se retiró de la sala minutos después de haber advertido que lo haría si el viceministro venezolano mantenía el tono de su intervención.
'No procede que un país empiece a atacar a cada país miembro. ¿Le puede llamar la atención', le pidió Valdivieso al beliceño Patrick Andrews, quien ejerce la presidencia rotativa del Consejo Permanente. 'Si no, nos vamos a retirar todos'.
Al conversar con reporteros en la sede de la OEA al final de la sesión, el diputado opositor venezolano Luis Florido consideró positivo el pronunciamiento de los 20 países para seguir evaluando la situación venezolana y lo calificó como 'un paso adelante'.
El Consejo Permanente de la organización celebró una sesión extraordinaria pese a la rotunda renuencia de la delegación venezolana, que forzó a un voto para decidir si se aprobaba la agenda del encuentro. La celebración de la reunión extraordinaria recibió 20 votos a favor y 11 en contra, salvando cómodamente la cantidad mínima de 18 votos para proseguir.
El organismo celebraba la sesión mientras seguidores del oficialismo venezolano marchaban el martes en Caracas en rechazo a las posibles sanciones que podría aplicar la OEA al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
La OEA convocó a la sesión extraordinaria apenas horas después de que 14 de sus Estados miembros llamaran el viernes a Venezuela a liberar a los presos políticos, convocar a elecciones y respetar las decisiones de la Asamblea Nacional en una inédita posición conjunta en torno a la crisis del país sudamericano. Sin embargo, dijeron que la suspensión de esa nación del organismo debería ser la última opción.
Los 34 estados miembros que participan activamente en la OEA anularon en 2009 la suspensión impuesta a Cuba, pero la isla comunista ha enfocado sus intereses en otros organismos como la CELAC, en la que no participa Estados Unidos.
Antes de la reunión, el diputado opositor venezolano Luis Florido dijo a reporteros en la sede de la OEA que 'el Consejo Permanente puede ayudar mucho' para lograr cuatro metas concretas: que se convoquen elecciones, se liberen a presos políticos, se abra un canal humanitario y se respete a la Asamblea Nacional.
Los venezolanos atraviesan una crisis política, agravada por una inflación galopante y una grave escasez de medicinas y alimentos.
Veinte de los 34 estados miembros de la Organización de Estados Americanos se comprometieron el martes a definir 'pasos concretos que contribuyan a identificar soluciones diplomáticas' a la crisis política venezolana.
La embajadora canadiense Jennifer May Loten leyó una declaración a nombre de 20 países, a los que no identificó, durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente.
El embajador mexicano Luis Alfonso de Alba Góngora dijo acto seguido que su país es uno de los que suscribieron la declaración y se comprometió a que 'durante los próximos días trabajaremos todos los estados miembros lo que debería ser el curso de acción en el seno de la OEA'.
Sin embargo, el viceministro venezolano para América del Norte, Samuel Moncada, describió la celebración de la reunión como un 'acto hostil' por considerar que un debate sin su autorización equivale a una violación de su soberanía.
'Se ha consumado un acto de intervención en Venezuela sin que le hayamos dado ninguna autorización para intervenir en nuestros asuntos', dijo. 'Esta es una absoluta violación al derecho internacional'.
Por su parte, el subsecretario de Estado adjunto para el hemisferio occidental, Michael Fitzpatrick, enumeró —sin mostrar preferencia por alguna— propuestas presentadas por varios países, las cuales incluyen crear un grupo de territorios amigos, enviar una delegación a la nación sudamericana para dialogar directamente con actores políticos e invitar a los tres expresidentes que mediaron el diálogo infructuoso celebrado el año pasado con la mediación del Vaticano.
'Creemos que una participación más intensa de la OEA es apropiada. Para que ello ocurra, será esencial que Venezuela acepte la mano extendida por la OEA', señaló.
Caracas ha acusado reiteradamente al organismo multilateral de prestarse a los intereses de Washington para atentar contra gobiernos de izquierda en la región.
La sesión adquirió un tono agrio hacia el final, cuando varios embajadores advirtieron que abandonarían la sala en señal de protesta después de que Moncada calificara como 'golpista' al gobierno del presidente brasileño Michel Temer y dijera que 'si Colombia nos quiere ayudar, que pare la producción de cocaína'.
La representante peruana Ana Rosa Valdivieso se retiró de la sala minutos después de haber advertido que lo haría si el viceministro venezolano mantenía el tono de su intervención.
'No procede que un país empiece a atacar a cada país miembro. ¿Le puede llamar la atención', le pidió Valdivieso al beliceño Patrick Andrews, quien ejerce la presidencia rotativa del Consejo Permanente. 'Si no, nos vamos a retirar todos'.
Al conversar con reporteros en la sede de la OEA al final de la sesión, el diputado opositor venezolano Luis Florido consideró positivo el pronunciamiento de los 20 países para seguir evaluando la situación venezolana y lo calificó como 'un paso adelante'.
El Consejo Permanente de la organización celebró una sesión extraordinaria pese a la rotunda renuencia de la delegación venezolana, que forzó a un voto para decidir si se aprobaba la agenda del encuentro. La celebración de la reunión extraordinaria recibió 20 votos a favor y 11 en contra, salvando cómodamente la cantidad mínima de 18 votos para proseguir.
El organismo celebraba la sesión mientras seguidores del oficialismo venezolano marchaban el martes en Caracas en rechazo a las posibles sanciones que podría aplicar la OEA al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
La OEA convocó a la sesión extraordinaria apenas horas después de que 14 de sus Estados miembros llamaran el viernes a Venezuela a liberar a los presos políticos, convocar a elecciones y respetar las decisiones de la Asamblea Nacional en una inédita posición conjunta en torno a la crisis del país sudamericano. Sin embargo, dijeron que la suspensión de esa nación del organismo debería ser la última opción.
Los 34 estados miembros que participan activamente en la OEA anularon en 2009 la suspensión impuesta a Cuba, pero la isla comunista ha enfocado sus intereses en otros organismos como la CELAC, en la que no participa Estados Unidos.
Antes de la reunión, el diputado opositor venezolano Luis Florido dijo a reporteros en la sede de la OEA que 'el Consejo Permanente puede ayudar mucho' para lograr cuatro metas concretas: que se convoquen elecciones, se liberen a presos políticos, se abra un canal humanitario y se respete a la Asamblea Nacional.
Los venezolanos atraviesan una crisis política, agravada por una inflación galopante y una grave escasez de medicinas y alimentos.