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Infantes separados de padres en Estados Unidos están histéricos

Las Naciones Unidas, algunos legisladores demócratas y republicanos y grupos religiosos han criticado profundamente la política, calificándola como inhumana

19.06.2018

NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS

Los funcionarios del gobierno del presidente Donald Trump han enviado bebés y otros infantes que fueron separados a la fuerza de sus padres en la frontera sur de Estados Unidos a por lo menos tres albergues especializados del sur de Texas, de acuerdo con información obtenida por The Associated Press. Y los abogados y médicos que han visitado dichos albergues comentaron que hay salas de juego con niños pequeños llorando y en crisis.

Desde que la Casa Blanca anunció su política de “cero tolerancia” a principios de mayo, más de 2.300 menores han sido separados de sus padres en la frontera, lo que provocó un nuevo flujo de infantes que requieren cuidado gubernamental.

El gobierno de Estados Unidos ha enfrentado duras críticas luego de que se mostraron imágenes de algunos de los menores enjaulados en instalaciones de la Patrulla Fronteriza.


Décadas después de que el sistema de bienestar infantil del país pusiera fin al uso de los orfelinatos debido a que podrían crear un trauma duradero en los niños, el gobierno está creando nuevas instituciones para albergar a los infantes centroamericanos que el propio gobierno separó de sus padres.

“La idea de que van poner a esos niños pequeños en un entorno institucional. Es difícil para mí incluso ponerme a pensar sobre eso”, manifestó Kay Bellor, vicepresidenta de programas en el Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados, el cual proporciona custodia temporal y otros servicios de bienestar infantil a los menores migrantes. “Los infantes están siendo detenidos”.

Bellor dijo que los albergues cumplen con procedimientos estrictos en torno a quién puede tener acceso a los niños para proteger su seguridad, pero ello significa que la información sobre su bienestar puede ser limitada.

Por ley, los niños migrantes que viajen solos deben ser enviados a instalaciones operadas por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (DHHS por sus siglas en inglés) dentro de los tres días posteriores a su detención.

A partir de ese momento, la agencia es responsable de colocar a los menores en albergues o en casas hogar hasta que se reúnan con un familiar o con un auspiciante de la comunidad mientras aguardan las audiencias en un tribunal de inmigración.

Sin embargo, el anuncio del secretario de Justicia Jeff Sessions del mes pasado sobre que el gobierno presentaría cargos criminales a cualquier persona que cruce de manera ilegal la frontera entre Estados Unidos con México ha provocado la separación de cientos de familias de migrantes y puso a un nuevo grupo de cientos de infantes bajo el cuidado del gobierno.

Las Naciones Unidas, algunos legisladores demócratas y republicanos y grupos religiosos han criticado profundamente la política, calificándola como inhumana.

Sin embargo, Steven Wagner, funcionario del DHHS, afirmó que no es así.
“Contamos con instalaciones especializadas que se dedican a brindar atención a niños con necesidades especiales y a los menores de 13 años”, indicó. “No son instalaciones del gobierno en sí y cuentan con médicos capacitados. Las instalaciones cumplen con las normas estatales para las agencias de bienestar infantil y están atendidas por personas que saben cómo hacer frente a las necesidades, específicamente, de los niños pequeños”.

Hasta ahora, se desconoce dónde están dichas instalaciones.
Los médicos y abogados que han visitado los albergues dijeron que las instalaciones están en buenas condiciones, limpias y que son seguras, pero indicaron que los niños, quienes no tienen idea de dónde están sus padres, estaban histéricos, llorando y actuando para tratar de expresar sus emociones.

“Los albergues no son el problema, separar a los niños de sus padres es el problema”, dijo la pediatra Marsha Griffin del sur de Texas, quien ha visitado varios albergues.

Alicia Lieberman, quien dirige la Red de Tratamiento de Traumas Tempranos en la Universidad de California, campus San Francisco, dijo que décadas de estudio muestran que las separaciones tempranas pueden causar daños emocionales permanentes.

“Los niños están programados para desarrollarse mejor bajo el cuidado de una figura paterna. Cuando se rompe ese lazo mediante separaciones largas e imprevistas sin una fecha determinada para reunirse, los niños responden a los niveles psicológicos y emocionales más profundos”, señaló.

“Su miedo genera un torrente de hormonas del estrés que altera los circuitos neuronales del cerebro, crea altos niveles de ansiedad, los hace susceptibles a enfermedades físicas y emocionales, y daña su capacidad para manejar sus emociones, para confiar en la gente y para concentrarse en actividades propias de su edad”, agregó.