BEIJING, CHINA.- Un barco de la Armada de Estados Unidos navegó el lunes cerca de unas islas en disputa en el mar de
China Meridional, donde Pekín construyó unas instalaciones militares, en un momento en el que se inician las conversaciones comerciales entre ambos países.
Tanto Estados Unidos como sus aliados envían aviones y barcos a la zona, cuya soberanía reclama China, en un señal para recordar a Pekín el derecho que tienen, amparados por la ley internacional, de pasar por esas aguas.
El USS McCampbell pasó a 12 millas náuticas (22 kilómetros) de las Islas Paracel 'para cuestionar las excesivas reclamaciones marítimas', afirmó a la AFP Rachel McMarr, portavoz de la flota estadounidense del Pacífico.
McMarr añadió que las llamadas operaciones de 'libertad de navegación' no se refieren 'a ningún país ni a hacer declaraciones políticas'.
Pekín confirmó el paso del buque estadounidense y lo calificó como una violación de la soberanía china que daña 'la paz, la seguridad y el orden' en el sur del mar de China Meridional.
China envió aviones y barcos de guerra para advertir al buque estadounidense de que tenía que abandonar el área, conocida en chino como Xisha.
'Instamos a Estados Unidos a que pare de inmediato estas acciones provocativas', dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores chino en un conferencia, en la que añadió que Pekín había presentado una queja diplomática ante Washington.
'China seguirá tomando las medidas necesarias para defender la soberanía y la seguridad nacional'.
La operación se produjo cuando los funcionarios chinos y estadounidenses iniciaron en Pekín las negociaciones para encontrar una solución a una guerra comercial que llevó a las dos partes a imponer aranceles el año pasado a más de 300,000 millones de productos.
'Todas las operaciones... demuestran que Estados Unidos volará, navegará y operará en cualquier sitio donde lo permita la ley internacional. Y eso es así en el mar de China Meridional como en otros lugares del mundo', dijo McMarr.
China, Taiwán y Vietnam reclaman las islas Paracel.
Pekín asegura que casi todo el territorio del mar de China Meridional es suyo, mientras que Taiwán, Filipinas, Brunei, Malasia y Vietnam reclaman partes.
Tanto Estados Unidos como sus aliados envían aviones y barcos a la zona, cuya soberanía reclama China, en un señal para recordar a Pekín el derecho que tienen, amparados por la ley internacional, de pasar por esas aguas.
El USS McCampbell pasó a 12 millas náuticas (22 kilómetros) de las Islas Paracel 'para cuestionar las excesivas reclamaciones marítimas', afirmó a la AFP Rachel McMarr, portavoz de la flota estadounidense del Pacífico.
McMarr añadió que las llamadas operaciones de 'libertad de navegación' no se refieren 'a ningún país ni a hacer declaraciones políticas'.
Pekín confirmó el paso del buque estadounidense y lo calificó como una violación de la soberanía china que daña 'la paz, la seguridad y el orden' en el sur del mar de China Meridional.
China envió aviones y barcos de guerra para advertir al buque estadounidense de que tenía que abandonar el área, conocida en chino como Xisha.
'Instamos a Estados Unidos a que pare de inmediato estas acciones provocativas', dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores chino en un conferencia, en la que añadió que Pekín había presentado una queja diplomática ante Washington.
'China seguirá tomando las medidas necesarias para defender la soberanía y la seguridad nacional'.
La operación se produjo cuando los funcionarios chinos y estadounidenses iniciaron en Pekín las negociaciones para encontrar una solución a una guerra comercial que llevó a las dos partes a imponer aranceles el año pasado a más de 300,000 millones de productos.
'Todas las operaciones... demuestran que Estados Unidos volará, navegará y operará en cualquier sitio donde lo permita la ley internacional. Y eso es así en el mar de China Meridional como en otros lugares del mundo', dijo McMarr.
China, Taiwán y Vietnam reclaman las islas Paracel.
Pekín asegura que casi todo el territorio del mar de China Meridional es suyo, mientras que Taiwán, Filipinas, Brunei, Malasia y Vietnam reclaman partes.