WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS- El
presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló el jueves su
propuesta de reforma migratoria, que abre la puerta a trabajadores calificados que sepan inglés y la cierra a quienes soliciten asilo con 'demandas frívolas'.
'De ser adoptado, nuestro plan transformará el sistema de inmigración de Estados Unidos en el orgullo de nuestra nación y la envidia del mundo moderno', prometió el mandatario al presentar su iniciativa en el rosadela de la Casa Blanca.
Pero hay pocas posibilidades de que las ideas del magnate republicano prosperen en el Congreso, cuya Cámara baja es controlada por sus adversarios demócratas, y donde el tema de la inmigración es visto como políticamente tóxico, especialmente en vista de las elecciones legislativas y presidenciales de 2020.
'Este plan que nació muerto no es una propuesta ni remotamente seria', dijo la presidente de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi.
Pero para Trump, quien hizo de su empeño en construir un muro fronterizo con México para frenar la inmigración ilegal la piedra angular de su mandato, su propuesta de reforma migratoria impulsará su campaña de reelección.
'Nuestro plan logra dos objetivos clave. Primero, detiene la inmigración ilegal y asegura completamente la frontera. Y en segundo lugar, establece un nuevo sistema de inmigración legal que protege los salarios estadounidenses, promueve los valores estadounidenses y atrae a los mejores y más brillantes de todo el mundo', aseguró.
'Demandas frívolas'
Trump dijo apreciar la llegada de inmigrantes al país, pero insistió en que una gran proporción debe ingresar por sus méritos y sus habilidades.
'El cambio más grande que hacemos es aumentar la proporción de inmigrantes altamente calificados del 12% al 57%, y nos gustaría ver si incluso podemos aumentarlo más', dijo. 'Esto nos hará competitivos a nivel mundial'.
El nuevo sistema requerirá que los solicitantes sepan inglés y datos básicos sobre la historia y la sociedad estadounidense. 'Se les exigirá que aprendan inglés y pasen un examen de educación cívica antes de la admisión', dijo Trump.
El mandatario también denunció lo que considera abusos del modelo de asilo de Estados Unidos, actualmente bajo presión ante los pedidos de refugio de miles de migrantes, en su mayoría de Centroamérica, que dicen huir de la violencia en algunos de los países más letales del mundo.
'Nuestra nación orgullosamente ha brindado a lo largo de la historia protección a aquellos que huyen de persecuciones gubernamentales. Desafortunadamente, los solicitantes de asilo legítimos están siendo desplazados por quienes presentan demandas frívolas', dijo Trump.
Y prometió que quien tenga una 'demanda correcta' será 'admitido rápidamente', pero quien no, será 'devuelto a casa'.
Poco futuro
¿Puede aprobarse una reforma que los analistas consideran más un discurso de campaña que un intento cierto de convertirse en legislación?
'Espero que el Partido Republicano se una para apoyar un sistema basado en méritos y medidas de seguridad fronterizas sólidas para iniciar un diálogo con nuestros colegas demócratas sobre cómo reparar de una vez por todas un sistema de inmigración roto', tuiteó el influyente senador republicano Lindsey Graham, aliado clave de Trump en el Congreso.
Pero para los demócratas, la reforma ni siquiera puede considerarse, ya que ignora el darle estatus legal a las personas que ingresaron ilegalmente al país cuando eran niños, los llamados 'soñadores', actualmente amparados de la deportación por el DACA, un programa de la era Obama que Trump intenta cancelar.
El plan de Trump tampoco parece abordar el quid del tema migratorio desde hace décadas en Estados Unidos: qué hacer con los cerca de 11 millones de inmigrantes que viven ilegalmente en el país.
'Tiene algunas ideas que vale la pena considerar', pero es tan incompleto para abordar las complicaciones más amplias del sistema que el Congreso no lo tomará en serio, opinó el experto en derecho migratorio de la Universidad de Cornell, Stephen Yale-Loehr.
Según él, Washington viene lidiando desde hace años con la necesidad de una reforma migratoria y 'es poco probable' que el Congreso la apruebe este año, y menos aún que lo haga antes de las presidenciales del año próximo.
'Una reforma migratoria siempre es difícil. El Congreso no ha revisado nuestro sistema legal de inmigración desde 1990', dijo.
'De ser adoptado, nuestro plan transformará el sistema de inmigración de Estados Unidos en el orgullo de nuestra nación y la envidia del mundo moderno', prometió el mandatario al presentar su iniciativa en el rosadela de la Casa Blanca.
Pero hay pocas posibilidades de que las ideas del magnate republicano prosperen en el Congreso, cuya Cámara baja es controlada por sus adversarios demócratas, y donde el tema de la inmigración es visto como políticamente tóxico, especialmente en vista de las elecciones legislativas y presidenciales de 2020.
'Este plan que nació muerto no es una propuesta ni remotamente seria', dijo la presidente de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi.
Pero para Trump, quien hizo de su empeño en construir un muro fronterizo con México para frenar la inmigración ilegal la piedra angular de su mandato, su propuesta de reforma migratoria impulsará su campaña de reelección.
'Nuestro plan logra dos objetivos clave. Primero, detiene la inmigración ilegal y asegura completamente la frontera. Y en segundo lugar, establece un nuevo sistema de inmigración legal que protege los salarios estadounidenses, promueve los valores estadounidenses y atrae a los mejores y más brillantes de todo el mundo', aseguró.
'Demandas frívolas'
Trump dijo apreciar la llegada de inmigrantes al país, pero insistió en que una gran proporción debe ingresar por sus méritos y sus habilidades.
'El cambio más grande que hacemos es aumentar la proporción de inmigrantes altamente calificados del 12% al 57%, y nos gustaría ver si incluso podemos aumentarlo más', dijo. 'Esto nos hará competitivos a nivel mundial'.
El nuevo sistema requerirá que los solicitantes sepan inglés y datos básicos sobre la historia y la sociedad estadounidense. 'Se les exigirá que aprendan inglés y pasen un examen de educación cívica antes de la admisión', dijo Trump.
El mandatario también denunció lo que considera abusos del modelo de asilo de Estados Unidos, actualmente bajo presión ante los pedidos de refugio de miles de migrantes, en su mayoría de Centroamérica, que dicen huir de la violencia en algunos de los países más letales del mundo.
'Nuestra nación orgullosamente ha brindado a lo largo de la historia protección a aquellos que huyen de persecuciones gubernamentales. Desafortunadamente, los solicitantes de asilo legítimos están siendo desplazados por quienes presentan demandas frívolas', dijo Trump.
Y prometió que quien tenga una 'demanda correcta' será 'admitido rápidamente', pero quien no, será 'devuelto a casa'.
Poco futuro
¿Puede aprobarse una reforma que los analistas consideran más un discurso de campaña que un intento cierto de convertirse en legislación?
'Espero que el Partido Republicano se una para apoyar un sistema basado en méritos y medidas de seguridad fronterizas sólidas para iniciar un diálogo con nuestros colegas demócratas sobre cómo reparar de una vez por todas un sistema de inmigración roto', tuiteó el influyente senador republicano Lindsey Graham, aliado clave de Trump en el Congreso.
Pero para los demócratas, la reforma ni siquiera puede considerarse, ya que ignora el darle estatus legal a las personas que ingresaron ilegalmente al país cuando eran niños, los llamados 'soñadores', actualmente amparados de la deportación por el DACA, un programa de la era Obama que Trump intenta cancelar.
El plan de Trump tampoco parece abordar el quid del tema migratorio desde hace décadas en Estados Unidos: qué hacer con los cerca de 11 millones de inmigrantes que viven ilegalmente en el país.
'Tiene algunas ideas que vale la pena considerar', pero es tan incompleto para abordar las complicaciones más amplias del sistema que el Congreso no lo tomará en serio, opinó el experto en derecho migratorio de la Universidad de Cornell, Stephen Yale-Loehr.
Según él, Washington viene lidiando desde hace años con la necesidad de una reforma migratoria y 'es poco probable' que el Congreso la apruebe este año, y menos aún que lo haga antes de las presidenciales del año próximo.
'Una reforma migratoria siempre es difícil. El Congreso no ha revisado nuestro sistema legal de inmigración desde 1990', dijo.