La primera muerte debida al virus 2019-nCoV, que apareció en diciembre en la ciudad china de Wuhan (centro), fue anunciada el 11 de enero. Desde entonces, la epidemia ha matado a 1.016 personas en China continental, según un balance oficial publicado el martes.
En las últimas 24 horas, las autoridades sanitarias chinas anunciaron 108 muertes. Es el balance diario más grave desde que surgió la epidemia.
Sin embargo, y como ya ocurrió la semana pasada, el número diario de contagiados (2.478 en las últimas 24 horas) disminuyó en relación al lunes. En total desde el inicio del brote se contabilizan mas de 42,000 infectados.
'Con el 99% de los casos en China, (la epidemia) sigue constituyendo una verdadera emergencia para este país, pero es también una amenaza muy grave para el resto del mundo', alertó este martes el director general de la OMC, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en la apertura de una reunión de unos 400 científicos en Ginebra destinada a frenar la epidemia.
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El jefe de la OMS pidió a todos los países que den muestras de 'solidaridad' compartiendo las informaciones que posean porque será esencial para avanzar en la investigación científica.
El jueves en Bruselas, se darán cita también los ministros europeos de Salud para intentar coordinar una estrategia común para paliar la epidemia. Y la OMS ha enviado una misión de expertos a China, dirigida por Bruce Aylward, un experto en la lucha contra el Ébola.
Una chispa
Fuera de China continental, el virus mató hasta ahora a dos personas, una en Filipinas y otra en Hong Kong, pero más de 400 casos de contaminación fueron confirmados en 30 países y territorios.La OMS está especialmente preocupada por el caso de un británico que nunca había estado en China y que fue contaminado por el nuevo coronavirus en Singapur. Luego se lo transmitió a varios compatriotas durante una estancia en Francia antes de ser diagnosticado en el Reino Unido.
En total, el hombre contaminó accidentalmente a al menos 11 personas: cinco de ellas hospitalizadas en Francia, otras cinco en Reino Unido y un hombre de 46 años internado en la isla española de Mallorca, donde reside.
Este martes se anunció que este británico, apodado ya el 'superpropagador', estaba 'totalmente curado'.
Hasta ahora, la mayoría de casos positivos en el extranjero eran personas que volvían de Wuhan, epicentro de la epidemia.
Personas evacuadas
En Asia, miles de viajeros y miembros de la tripulación están confinados en dos cruceros. Al menos 135 casos de contaminación fueron confirmados en el 'Diamond Princess', en cuarentena frente a las costas de Japón. Son pasajeros de diversas nacionalidades, entre ellos un argentino.En Hong Kong, más de 100 personas fueron evacuadas el martes de un edificio de 35 pisos tras descubrir dos casos positivos de infección en dos pisos diferentes. Las autoridades locales se preguntan si la transmisión ha podido realizarse a través de las canalizaciones del edificio.
Wuhan y la provincia de Hubei, desde donde se propagó la epidemia, siguen aisladas del mundo y las medidas de confinamiento aumentan. A partir de ahora, las personas que tengan fiebre no podrán ir a hospitales fuera de su vecindario y todos los complejos de viviendas tienen estrictas reglas de entrada y salida.
En otras grandes ciudades de China decenas de millones de personas cumplen también estrictas normas de confinamiento que les impiden ir a trabajar, estudiar o hacer compras normalmente.
Toda China está en gran parte paralizada a pesar de que oficialmente las vacaciones del Año Nuevo terminaron y todo el mundo debía volver a trabajar el lunes. Sin embargo, los estudiantes siguen de vacaciones y las empresas invitan a sus empleados a trabajar desde casa.
El lunes, el presidente Xi Jinping pidió que las medidas destinadas a limitar el contagio sean aún 'más estrictas'. Por primera vez, el mandatario apareció en televisión con una máscara de protección mientras visitaba un hospital.
El martes, la televisión estatal anunció que los dos principales responsables de las cuestiones sanitarias en Hubei fueron destituidos.
Las autoridades locales fueron criticadas por haber tardado en reaccionar y haber silenciado a quienes advertían del peligro del nuevo coronavirus. Fue el caso de Li Wenliang, un médico de 34 años que murió el viernes, un deceso que provocó una ola de críticas y de llamados a favor de la libertad de expresión en China.