CIUDAD DEL VATICANO, ROMA.- La
basílica y la plaza de San Pedro estarán cerradas al público hasta el
3 de abril 'para evitar la propagación del nuevo
coronavirus', anunció este martes el
Vaticano en un comunicado.
Esta medida entra en vigor este martes y significa que los fieles y los turistas no podrán reunirse el miércoles en la plaza de San Pedro para la tradicional audiencia del papa, que será retransmitida por video.
Asimismo, el Vaticano anunció el cierre del restaurante de sus empleados locales y puso en marcha en su lugar un servicio de entrega de comida a las diferentes instituciones afectadas por esta medida.
Esta medida entra en vigor este martes y significa que los fieles y los turistas no podrán reunirse el miércoles en la plaza de San Pedro para la tradicional audiencia del papa, que será retransmitida por video.
Asimismo, el Vaticano anunció el cierre del restaurante de sus empleados locales y puso en marcha en su lugar un servicio de entrega de comida a las diferentes instituciones afectadas por esta medida.
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Horas antes, el papa Francisco había instado a los sacerdotes, durante la misa matinal desde su residencia, Santa Marta, a 'tener la valentía de salir y visitar' a los contagiados por el nuevo coronavirus.
'Pidamos al Señor también por nuestros sacerdotes, para que tengan el valor de salir e ir a visitar a los enfermos, llevándoles la fuerza de la palabra de Dios y la Eucaristía, y de acompañar al personal médico y a los voluntarios en el trabajo que realizan' junto a los pacientes, dijo Francisco.
El gobierno italiano promulgó el lunes de tarde un decreto que amplía a todo el país las medidas excepcionales de confinamiento ya impuestas a millones de personas residentes en el norte de la península. Estas restricciones estarán vigentes hasta el 3 de abril.
El papa argentino había recibido el lunes a un grupo de unos treinta obispos franceses. No obstante, las visitas de otros dos grupos de prelados franceses fueron anuladas y también la de una delegación de sacerdotes brasileños, según una carta de la Congregación de los obispos.
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El gobierno italiano recomienda la suspensión de misas y prohibió las ceremonias religiosas que concentren a numerosas personas.