El medicamento de la compañía estadounidense Regeneron y la francesa Sanofi no ataca directamente al nuevo coronavirus, sino que inhibe una respuesta inmunitaria anormal llamada 'tormenta de citocinas', que provoca una inflamación en los pulmones de los pacientes más enfermos, obligados a luchar contra la enfermedad con un respirador artificial.
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Un primer pequeño estudio de China parecía prometedor; pero el Kevzara no mostró ninguna ventaja respecto a un placebo en un estudio estadounidense de mayor tamaño con 276 pacientes afectados por una forma 'grave' de enfermedad, es decir, personas que necesitaban oxígeno pero no un respirador.
Ese segundo estudio sí dejó un rayo de esperanza para quienes estaban en una fase 'crítica', los pacientes que necesitaban un respirador artificial o una oxigenación de alto flujo.
En ese grupo, se administró un placebo a 44 personas, 94 recibieron una dosis baja del medicamento y 88, una dosis alta. Tras el ensayo, el 50% de los pacientes con placebo fallecieron, frente al 46% que tomó la dosis más reducida y el 32% de quienes recibieron la mayor dosis.
El ensayo seguirá ahora en el seno de ese grupo de enfermos críticos. 'Esperamos a los resultados del actual ensayo de fase 3 para saber un poco más sobre la covid-19 y entender mejor si algunos pacientes pueden beneficiarse del tratamiento con Kevzara', declaró George Yancopoulos, dirigente y cofundador de Regeneron.
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