Trump también defendió sus llamados a los gobernadores y alcaldes a implementar medidas agresivas para frenar las protestas violentas que se desataron en todo el país tras la muerte de George Floyd, y afirmó: “Estamos dominando las calles con compasión”.
El mandatario ofreció pocos detalles sobre su futuro decreto durante una discusión sobre relaciones raciales y la seguridad pública en Dallas. El llamado para establecer un estándar nacional del uso de la fuerza representa su primera medida concreta para una reforma policial en respuesta a la indignación en todo el país por el deceso de Floyd en un violento encuentro con la policía de Minneapolis.
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El presidente también reconoció que los cuerpos policiales podrían tener algunas “manzanas podridas”, pero afirmó que es injusto describir a los agentes como intolerantes.
“Debemos trabajar juntos para confrontar la intolerancia y el prejuicio dondequiera que surjan”, declaró Trump. “Pero no progresaremos ni sanaremos nuestras heridas al etiquetar erróneamente a millones de estadounidenses decentes como racistas o intolerantes”.
El presidente dijo que el país también necesita redoblar esfuerzos para confrontar sus añejos problemas relacionados con la raza enfocándose en la igualdad, reiterando su afirmación de que resolver los problemas económicos es la manera más rápida de sanar las heridas raciales.
Señaló que su gobierno buscaría de forma agresiva el desarrollo económico de las comunidades minoritarias, atacará las disparidades de salud al invertir “sumas sustanciales” en instituciones médicas que atienden a las minorías, y mejorará las opciones escolares.