CIUDAD DEL VATICANO.-El Vaticano indicó el jueves a obispos de todo el mundo que deberían reportar a la policía los
abusos sexuales cometidos por el clero pese a que no estén legalmente obligados a hacerlo, en su más reciente esfuerzo por compeler a los líderes de la Iglesia a proteger a los menores de sacerdotes depredadores.
El Vaticano emitió un muy esperado manual para obispos y líderes eclesiásticos sobre cómo realizar investigaciones internas ante denuncias de violaciones y abusos sexuales cometidos por curas contra menores de edad o adultos vulnerables. Si bien el Vaticano ha contado con normas canónicas detalladas desde hace más de dos décadas, las leyes siguen siendo ignoradas por algunos obispos que desestiman las denuncias de las víctimas y optan por proteger a sus sacerdotes.
Si bien el manual no tiene la fuerza de una nueva ley, va más allá de la directriz actual del Vaticano respecto a la cooperación con las autoridades, fiscalías o agencias policiales. La política exige que obispos y líderes eclesiásticos reporten acusaciones de abuso sexual contra menores sólo cuando las leyes locales lo señalen.
El Vaticano emitió un muy esperado manual para obispos y líderes eclesiásticos sobre cómo realizar investigaciones internas ante denuncias de violaciones y abusos sexuales cometidos por curas contra menores de edad o adultos vulnerables. Si bien el Vaticano ha contado con normas canónicas detalladas desde hace más de dos décadas, las leyes siguen siendo ignoradas por algunos obispos que desestiman las denuncias de las víctimas y optan por proteger a sus sacerdotes.
Si bien el manual no tiene la fuerza de una nueva ley, va más allá de la directriz actual del Vaticano respecto a la cooperación con las autoridades, fiscalías o agencias policiales. La política exige que obispos y líderes eclesiásticos reporten acusaciones de abuso sexual contra menores sólo cuando las leyes locales lo señalen.
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El manual indica: “Aun en casos en que no existe una obligación legal explícita, las autoridades eclesiásticas deberían hacer una denuncia ante las autoridades civiles competentes si esto es considerado necesario para proteger a la persona involucrada o a otros menores de los peligros de actos criminales ulteriores”.
Añade que los líderes religiosos deberán acatar “legítimas” citaciones emitidas por las autoridades locales.
El manual, emitido en media docena de idiomas, parece diseñado para privar a obispos y superiores religiosos de sus frecuentes excusas para no realizar pesquisas preliminares a sacerdotes acusados y para no cooperar con las autoridades locales.
Por ejemplo, el manual estipula que no deberían desestimarse las denuncias anónimas, y que incluso rumores o mensajes en redes sociales pueden servir de fundamento para lanzar una investigación.
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Además, establece que un obispo no debería ignorar acusaciones simplemente porque son anteriores al límite de antigüedad, ya que el Vaticano en cualquier momento puede decidir eliminar dicho período.
La única justificación para desestimar por completo una denuncia, de acuerdo con el manual, es cuando el obispo determine que hay “una imposibilidad manifiesta de proceder”, como por ejemplo si el denunciante no era menor de 18 años en el momento o si el cura no estaba físicamente en el lugar donde ocurrieron los presuntos abusos.
Para aquellos obispos que no lo sepan, el manual deja en claro que el tipo de crímenes que constituyen el abuso sexual es “bastante amplio” no solamente incluyen relaciones sexuales sino también cualquier contacto físico para obtener gratificación sexual. El manual subraya que eso incluye exhibicionismo, masturbación, producción de pornografía y “conversaciones y/o proposiciones de naturaleza sexual”.
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