Los casos diarios en el condado de 10 millones de habitantes —el más poblado de Estados Unidos— se han duplicado en las últimas dos semanas hasta casi 2,900. Las hospitalizaciones ascienden a 1,100 diarias, un aumento de 30% en ese mismo lapso.
El condado, que ha sufrido desproporcionadamente la pandemia comparado con el resto de California, emitió nuevas normas el martes según las cuales la presencia física dentro de un negocio no puede superar el 25% de su capacidad, y los restaurantes no pueden tener más de 50% de aforo, incluso al aire libre. Desde antes los restaurantes tenían prohibido tener gente en su interior.
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Según las normas que entran en vigencia el viernes, todos los negocios deben cerrar a las 10 de la noche.
Además de ello, los salones de belleza y otros negocios de cuidado personal sólo podrán dar servicio previa cita, y tanto el personal como los clientes deberán usar máscaras sanitarias. Quedan prohibidos los servicios que requieren quitarse el cubrebocas, como los de limpieza facial.
Quedan prohibidas las concentraciones de más de 15 personas, y no pueden participar en ellas gente de más de tres viviendas distintas.
Las autoridades además advirtieron que podrían aplicar más restricciones si sigue aumentando el número de casos. Si el promedio diario supera los 4,000 o si las hospitalizaciones diarias superan las 1,750 quedará prohibido ir a restaurantes incluso al aire libre.
Si la cantidad de casos diarios llega a 4,500 o si las hospitalizaciones diarias llegan a 2,000, se decretará un confinamiento obligatorio por tres semanas en el cual la gente no podrá salir de sus casas a excepción de servicios esenciales, y se impondrá un toque de queda de 10 las de la noche a las 6 de la mañana.
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