'¡Fuera Giammattei, fuera Giammattei!', gritaron los asistentes a la protesta en una plaza del centro histórico de la capital. La víspera, el presidente llamó a un diálogo ciudadano en un intento de calmar la crisis desatada a mediados de noviembre por la aprobación del presupuesto nacional que, según los manifestantes, no atendía los problemas más urgentes del país.
'Es una técnica (llamado al diálogo) que usa (Giammattei) para dar pan y circo y que nos quedemos contentos, pero nosotros vamos por cambios estructurales', dijo a la AFP Camila Hernández, dirigente estudiantil de la privada Universidad Rafael Landívar.
Hernández indicó que 'es imposible' que Giammattei siga en el puesto con su 'poca legitimidad' tras 'la crisis de gobernabilidad' provocada por la aprobación del presupuesto nacional para 2021.
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Las cuentas, apoyadas por Giammattei, tuvieron que ser anuladas por los diputados en medio de violentas manifestaciones en las que incluso un grupo de encapuchados incendió oficinas de la sede del Parlamento.
El presidente anunció que la próxima semana comenzarán reuniones de 'diálogo y concertación' con varios grupos de la sociedad para reorientar el presupuesto hacia la recuperación económica y la reconstrucción del país tras la pandemia de covid-19 y los desastres provocados por los huracanes Eta e Iota en la primera quincena de noviembre.
Las reuniones serán encabezadas por su vicepresidente, Guillermo Castillo, con quien se reconcilió la víspera después de serios distanciamientos.
El pasado 20 de noviembre el vicegobernante le había pedido a Giammattei renunciar juntos 'por el bien del país', al acusarlo de no estar respondiendo a las demandas ciudadanas de transparencia.
'Queremos cambios profundos, no babosadas superficiales' y 'Cambiemos el sistema de raíz ¡Renuncien ya corruptos', señalaban algunas pancartas en la manifestación que fue acompañada por comparsas que hacían sonar tambores y silbatos.
En la protesta varias voces también exigieron la renuncia de diputados vinculados al oficialismo, acusados de promover una agenda de corrupción, y pidieron una asamblea para reformar la Constitución.
'Este sistema (político) ya está acabado, es un sistema corrupto', dijo Mario Enríquez, uno de los manifestantes que ondeaba una bandera de Guatemala frente al Palacio Nacional, antigua sede de gobierno resguardada por decenas de policías.