SAN DIEGO, ESTADOS UNIDOS.- El número de niños migrantes en el albergue federal de emergencia más grande de
Estados Unidos para aquellos que ingresaron desde México sin compañía de un adulto se redujo en más de un 40% desde mediados de junio, informó el lunes un funcionario federal.
El secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, dijo a los reporteros que había 790 niños en la base militar del Fuerte Bliss, en El Paso, Texas, y que la última niña dejó las instalaciones el lunes. Todas las niñas fueron reunidas con familiares en Estados Unidos o un tutor que puede ser un amigo de la familia, o bien enviadas a instalaciones con licencia estatal que cumplen con mayores estándares de cuidados, según la agencia responsable de la atención a los niños migrantes.
El secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, dijo a los reporteros que había 790 niños en la base militar del Fuerte Bliss, en El Paso, Texas, y que la última niña dejó las instalaciones el lunes. Todas las niñas fueron reunidas con familiares en Estados Unidos o un tutor que puede ser un amigo de la familia, o bien enviadas a instalaciones con licencia estatal que cumplen con mayores estándares de cuidados, según la agencia responsable de la atención a los niños migrantes.
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A mediados de junio, el gobierno reportó que había alrededor de 2,000 niños y niñas en las instalaciones del Fuerte Bliss, en medio de inquietudes de los activistas sobre las condiciones inapropiadas para el cuidado de menores de edad. La cifra más alta se registró durante mayo, con alrededor de 4.800 menores en el lugar.
Becerra señaló que su agencia evaluaba la posibilidad de cerrar algunos de los albergues de emergencia que instaló el gobierno durante la primavera, cuando una cifra récord de niños migrantes cruzó la frontera. Se negó a decir si el Fuerte Bliss sería uno de ellos.
“Ante el éxito que hemos tenido con el manejo del flujo, estamos preparados para iniciar la desmovilización de varios de nuestros albergues de emergencia”, declaró Becerra.
El funcionario realizó su segunda visita al Fuerte Bliss desde que se abrió la instalación en marzo, y afirmó que desde entonces han aumentado los servicios y el personal, incluyendo administradores que ayudan a la entrega de los menores a sus familiares dentro de Estados Unidos o para que se les coloque en instalaciones con licencia estatal en menos tiempo.
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En transcripciones de entrevistas realizadas por abogados y presentadas ante una corte federal de Los Ángeles la semana pasada, algunos niños migrantes describieron su desesperación por salir del Fuerte Bliss y de otros de los albergues que instaló el gobierno federal.
Las entrevistas se realizaron entre marzo y junio por parte de abogados que monitorean un añejo acuerdo que rige las condiciones de custodia para niños migrantes.
Algunos de los menores señalaron que no sabían si había alguien trabajando para reunirlos con sus familiares, lo que les generaba ansiedad. Otros no tenían acceso suficiente a terapeutas de salud mental, tenían problemas para dormir porque las luces permanecían encendidas durante la noche o preferían no comer porque los alimentos tenían mal olor. Varios de los niños dijeron que pasaban todo el día dormidos y que habían estado en las instalaciones durante más de un mes, incluyendo el Fuerte Bliss.
La vicepresidenta Kamala Harris visitó el viernes El Paso, y su portavoz, Symone Sanders, dijo a los periodistas que Biden le instruyó a Becerra que “llevara a cabo una minuciosa investigación” y reportara las condiciones en el Fuerte Bliss, lugar al que los activistas han descrito como particularmente preocupante.
“El gobierno toma esto con mucha seriedad. Extrema seriedad”, declaró Sanders.
Shaw Drake, abogado y asesor de políticas para la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU por sus iniciales en inglés) en Texas, aplaudió la disminución en el número de niños migrantes en el Fuerte Bliss, pero cuestionó por qué tomó tanto tiempo ver progreso real en la liberación de los niños de los albergues del gobierno.
Drake elogió al gobierno de Biden por ayudar a sacar a los niños de las hacinadas instalaciones de detención para adultos migrantes y abrir rápidamente más de una docena de albergues de emergencia. Pero, señaló, “inmediatamente después, debía cambiarse el enfoque para reunir a los niños con sus tutores, y parece que eso se prolongó y dejó a los niños demasiado tiempo en lugares como el Fuerte Bliss”.
El incremento en el número de niños migrantes que han cruzado la frontera suroeste sin compañía de un adulto ha sido un desafío para el gobierno de Biden. El Departamento de Salud y Servicios Humanos tiene más de 14.200 menores bajo su cuidado, comparados con 22.000 hace dos meses.
Becerra señaló que actualmente hay más niños en albergues con licencia estatal que en instalaciones de emergencia, un contraste respecto al reporte del gobierno del mes pasado. Aseguró que las autoridades trabajan para poner más camas a disposición en las instalaciones con licencia estatal.
“Seguimos expandiendo nuestra capacidad y, como resultado, somos capaces de poner a más de estos niños en las manos de custodios responsables y verificados, lo que deja una cama vacía para otro niño”, puntualizó.
A pesar de los avances, Becerra dijo que los albergues no son una solución e instó al Congreso a arreglar lo que describió como un sistema migratorio defectuoso.
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