NACIONES UNIDAS, Estados Unidos.- El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, un 'millennial' que asumió el poder hace tres meses, subió por primera vez a la mayor tribuna diplomática mundial y antes de comenzar a hablar se tomó un selfi, para luego denunciar 'el formato obsoleto' de la Asamblea General.
Los primeros 100 días de la presidencia de Bukele, de 38 años, fueron marcados por su intenso uso de las redes sociales y por un discurso en el que se presenta como un 'creativo' y un 'disruptor', quebrando con administraciones pasadas.
De traje oscuro, camisa blanca y sin corbata, su cabello peinado hacia atrás con gomina, Bukele saludó a la Asamblea, agradeció la presencia de su esposa y de su bebé en la imponente sala, extrajo un iPhone 11 y dijo: 'Un segundo', mientras se tomaba una autofoto.
'Muchas más personas verán esta selfi de las que escucharán este discurso', afirmó al sacar la instantánea que publicó luego en su cuenta de Twitter, donde posee 1,1 millones de seguidores. 'Espero que haya salido bien'.
Bukele argumentó que 'el mundo ya no está en la Asamblea General' sino que está en internet, pero el formato de la ONU continúa siendo el mismo.
Para Bukele, hay que poner todos los recursos de la ONU, 'que sobran', para abrir un debate global 'de miles de millones de personas que ya están interconectadas' para que colaboren y solucionen los problemas grandes del mundo, 'como el mantenimiento de la paz mundial', y los líderes deben hacer videoconferencias.
'La ONU tiene una gran capacidad de convocatoria' pero si no cambia, 'cada año será menor' y terminará como Kodak o los dinosaurios, afirmó. 'Todos los discursos durante toda esta semana tienen menos impacto de que el de un 'youtuber' famoso'.
La llegada al poder de este empresario conservador a la presidencia de El Salvador, un país de 6,6 millones de habitantes con una alta tasa de pobreza y violencia pandillera, puso fin a tres décadas de bipartidismo entre la derechista Alianza Republicana Nacionalista y el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
Bukele, exalcalde de San Salvador, promete romper con el pasado, pero sus críticos dicen que sus políticas son poco sólidas y que le falta sustancia.
El flamante mandatario dijo que quiere que El Salvador sea visto 'como un país disruptivo', con nuevas ideas para ofrecer al mundo, con 'el potencial creativo de ser reconocido en el mundo por otra cosa que las maras'.
Ambos países anunciaron un acuerdo la semana pasada para frenar la inmigración ilegal a Estados Unidos que permite a Washington enviar quienes piden asilo de regreso al violento país centroamericano, una medida criticada por defensores de los derechos humanos.
'Para nosotros Estados Unidos no es solo un socio y un aliado, es también un amigo', dijo a la prensa Bukele durante la reunión con Trump, en la cual se declaró varias veces 'impresionado' por estar junto al ocupante de la Casa Blanca.
Bukele aseguró riendo que ambos se entenderán de maravillas porque 'Trump es amable y 'cool' (chévere) y yo también soy amable y 'cool'. Ambos usamos mucho Twitter, así que nos entenderemos'.
En una charla con periodistas tras su discurso, Bukele defendió su bonhomía con el magnate inmobiliario.
'Si querían que viniera a burlarme o a ponerle malas caras (...) yo no voy a hacer eso', dijo. 'Yo voy a venir y voy a generar empatía con el hombre más poderoso del mundo'.
Consultado sobre el pacto migratorio, pareció concordar con Estados Unidos en que los migrantes son en su mayoría criminales, sea pandilleros, coyotes o narcotraficantes.
'No hemos puesto ninguna cerca (para frenar a los migrantes y refugiados), esto es apoyar a nuestro aliado natural más grande', dijo.
'Lo que sí hemos desmantelado son bandas de coyotes, les quitamos 1,5 millones de dólares de activos, les incautamos armas, drogas, dinero, cuentas, documentos falsos', sostuvo. El Salvador 'debe ser un país que propone migración positiva, de trabajo, académica, empresarial (...) no documentos falsos y droga'.
Estados Unidos ha impulsado lo que llama 'pactos de cooperación' migratorios con Guatemala, Honduras, El Salvador y México para frenar la migración ilegal en su frontera sur, una promesa electoral de Trump.
Los primeros 100 días de la presidencia de Bukele, de 38 años, fueron marcados por su intenso uso de las redes sociales y por un discurso en el que se presenta como un 'creativo' y un 'disruptor', quebrando con administraciones pasadas.
De traje oscuro, camisa blanca y sin corbata, su cabello peinado hacia atrás con gomina, Bukele saludó a la Asamblea, agradeció la presencia de su esposa y de su bebé en la imponente sala, extrajo un iPhone 11 y dijo: 'Un segundo', mientras se tomaba una autofoto.
'Muchas más personas verán esta selfi de las que escucharán este discurso', afirmó al sacar la instantánea que publicó luego en su cuenta de Twitter, donde posee 1,1 millones de seguidores. 'Espero que haya salido bien'.
Bukele argumentó que 'el mundo ya no está en la Asamblea General' sino que está en internet, pero el formato de la ONU continúa siendo el mismo.
Para Bukele, hay que poner todos los recursos de la ONU, 'que sobran', para abrir un debate global 'de miles de millones de personas que ya están interconectadas' para que colaboren y solucionen los problemas grandes del mundo, 'como el mantenimiento de la paz mundial', y los líderes deben hacer videoconferencias.
'La ONU tiene una gran capacidad de convocatoria' pero si no cambia, 'cada año será menor' y terminará como Kodak o los dinosaurios, afirmó. 'Todos los discursos durante toda esta semana tienen menos impacto de que el de un 'youtuber' famoso'.
- Romper con el pasado -
La llegada al poder de este empresario conservador a la presidencia de El Salvador, un país de 6,6 millones de habitantes con una alta tasa de pobreza y violencia pandillera, puso fin a tres décadas de bipartidismo entre la derechista Alianza Republicana Nacionalista y el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
Bukele, exalcalde de San Salvador, promete romper con el pasado, pero sus críticos dicen que sus políticas son poco sólidas y que le falta sustancia.
El flamante mandatario dijo que quiere que El Salvador sea visto 'como un país disruptivo', con nuevas ideas para ofrecer al mundo, con 'el potencial creativo de ser reconocido en el mundo por otra cosa que las maras'.
- Mejores amigos -
Bukele quedó encantado el miércoles con su primer encuentro bilateral con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, otro fanático de Twitter.Ambos países anunciaron un acuerdo la semana pasada para frenar la inmigración ilegal a Estados Unidos que permite a Washington enviar quienes piden asilo de regreso al violento país centroamericano, una medida criticada por defensores de los derechos humanos.
'Para nosotros Estados Unidos no es solo un socio y un aliado, es también un amigo', dijo a la prensa Bukele durante la reunión con Trump, en la cual se declaró varias veces 'impresionado' por estar junto al ocupante de la Casa Blanca.
Bukele aseguró riendo que ambos se entenderán de maravillas porque 'Trump es amable y 'cool' (chévere) y yo también soy amable y 'cool'. Ambos usamos mucho Twitter, así que nos entenderemos'.
En una charla con periodistas tras su discurso, Bukele defendió su bonhomía con el magnate inmobiliario.
'Si querían que viniera a burlarme o a ponerle malas caras (...) yo no voy a hacer eso', dijo. 'Yo voy a venir y voy a generar empatía con el hombre más poderoso del mundo'.
Consultado sobre el pacto migratorio, pareció concordar con Estados Unidos en que los migrantes son en su mayoría criminales, sea pandilleros, coyotes o narcotraficantes.
'No hemos puesto ninguna cerca (para frenar a los migrantes y refugiados), esto es apoyar a nuestro aliado natural más grande', dijo.
'Lo que sí hemos desmantelado son bandas de coyotes, les quitamos 1,5 millones de dólares de activos, les incautamos armas, drogas, dinero, cuentas, documentos falsos', sostuvo. El Salvador 'debe ser un país que propone migración positiva, de trabajo, académica, empresarial (...) no documentos falsos y droga'.
Estados Unidos ha impulsado lo que llama 'pactos de cooperación' migratorios con Guatemala, Honduras, El Salvador y México para frenar la migración ilegal en su frontera sur, una promesa electoral de Trump.