MÉXICO, MÉXICO.- Luego de su naufragio electoral, la oposición mexicana apeló a denuncias de fraude contra el oficialismo de izquierda, una narrativa que no logrará invalidar el resultado global, pero con la que busca mantenerse a flote, estiman analistas.
Pese a admitir su derrota en las presidenciales, la centroderechista Xóchitl Gálvez dijo que denunciará ante el Tribunal Electoral la “clarísima intervención” del mandatario Andrés Manuel López Obrador a favor de Claudia Sheinbaum, electa el domingo con 59.3% de los votos frente a 27.9% de su rival.
También ventilará supuestos como el “uso de recursos públicos en la campaña, el alto nivel de violencia y la intervención del crimen organizado”. Una treintena de aspirantes a cargos locales fueron asesinados desde septiembre último.
“Hemos iniciado con la resistencia para proteger nuestra democracia”, afirmó en un video divulgado la noche del martes.
“El que nada debe nada teme y la regla de oro de la democracia es la transparencia”, respondió este miércoles el popular López Obrador, conocido por su acrónimo como AMLO, en su habitual rueda de prensa.
Según la proyección oficial, la coalición de gobierno controlará además dos tercios de la Cámara de Diputados, y su votación para el Senado está en el rango de una posible supermayoría, con lo que podría aprobar una serie de polémicas reformas constitucionales propuestas por AMLO.
Este miércoles, el Instituto Nacional Electoral inició el escrutinio sobre 67% de las mesas de votación, un procedimiento rutinario que Gálvez pide elevar a 80%, bajo sospecha de múltiples irregularidades.
Analistas consultados por la AFP consideran que aunque hubiera habido injerencia de López Obrador, es improbable que pueda cambiar el sentido de la votación dada la amplia brecha.
“No creo que sea suficiente ni que pueda argumentarse de tal modo” para invalidar la elección, señaló Raudel Ávila, comentarista político e internacionalista.
Seguir en la escena
A las acciones de Gálvez se sumaron, con discursos encendidos, los líderes de los partidos de la coalición opositora: PRI, PAN y PRD, que experimentan un retroceso electoral desde 2018.
Según Marko Cortés, cabeza del conservador PAN, más de 17.000 casillas -10% del total- “no reportan la votación obtenida” por su partido; el dirigente del PRI (centro) Alejandro Moreno exigió a su vez el recuento del 100% de las mesas, en tanto el PRD (izquierda) lucha para no perder el registro por su baja votación.
El PRI gobernó México ininterrumpidamente durante siete décadas hasta 2000, bajo denuncias de autoritarismo y corrupción que llevaron al Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa a catalogarlo como “dictadura perfecta”.
Si bien el presidente “se inmiscuyó en más de una ocasión, difícilmente podríamos ver un cambio significativo”, comentó Miguel Tovar, analista político por el Colegio de México.
A su juicio, los reclamos de la oposición “tienen que ver más con dejar el precedente de que la forma en que se abordó el proceso electoral no fue conforme a las mejores prácticas”.
“Siempre queda cierto anhelo de dignidad en la propia derrota”, opinó por su parte Ávila, quien ve además una intención de los dirigentes de “mantenerse en los medios porque el resultado fue tan devastador que no quieren que se crea que la oposición ha desaparecido o va a estar inactiva”.
Arañar puestos
No obstante, Ávila considera que los adversarios de Sheinbaum, primera mujer que llega a la presidencia en México, podrían arañar algunos cargos en el escrutinio si logran demostrar irregularidades y así recuperar “credibilidad como figuras de denuncia y portavoces de la indignación”.
El recuento debería finalizar a más tardar el próximo sábado, y el domingo Sheinbaum, una científica de 61 años, recibiría el acta que la acredita como mandataria electa para el período 2024-2030.
“México necesita (...) una oposición que pueda entender que las verdaderas causas de su derrota residen en lo que está ofreciendo o dejando de ofrecer. Eso pasa por una lectura honesta de lo que sucedió este domingo”, señaló en una columna el escritor y analista Jorge Zepeda Patterson.