Las autoridades estadounidenses y centroamericanas informaron el jueves que han presentado cargos contra miles de pandilleros violentos desde marzo, entre ellos un poderoso dirigente de la MS-13 acusado de ordenar desde su prisión en El Salvador un ataque sangriento en la costa este de Estados Unidos.
El viernes en Miami se dará detalles de los arrestos efectuados. En esa ciudad se reunirán funcionarios del Departamento de Justicia de Estados Unidos con los fiscales generales de El Salvador, Guatemala y Honduras.
La MS-13 tiene raíces en Estados Unidos y Centroamérica. Las autoridades dicen que la ofensiva contra las pandillas violentas es prueba de la cooperación entre los países es productiva y resaltan las acusaciones contra 3,800 pandilleros en seis meses.
La MS-13 se ha convertido en un foco principal del gobierno del presidente Donald Trump, que esgrime la violencia de esta organización criminal para justificar su dura política hacia la inmigración.
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Durante sus primeras semanas en el poder, Trump ordenó a las autoridades federales enfocar sus recursos en la lucha contra las pandillas transnacionales. El secretario de Justicia Jeff Sessions viajó a El Salvador en julio, en parte para aprender más sobre cómo las actividades pandilleriles allá afectan el crimen en Estados Unidos.
El trabajo de Sessions contra la MS-13 es ejemplo de cómo él sigue las pautas de Trump en el Departamento de Justicia, aun cuando el presidente sigue abiertamente crítico de la decisión de Sessions de exonerarse de la investigación sobre los vínculos de Trump con Rusia.
Esta semana, durante una cena en la Casa Blanca con líderes conservadores, Trump expresó 'casi desprecio' por Sessions cuando se le preguntó sobre un asunto técnico que involucraba al Departamento de Justicia, de acuerdo con un invitado que habló bajo condición de anonimato.
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