La prueba realizada el martes fue el quinto lanzamiento de misiles desde septiembre y se produjo en momentos en que Corea del Norte aumenta la presión sobre Washington y Seúl para que dejen de lado lo que Pyongyang percibe como políticas hostiles, como los ejercicios militares conjuntos de Estados Unidos y Corea del Sur y las sanciones internacionales contra el Norte.
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La Agencia Central de Noticias Coreana informó que la prueba más reciente “contribuirá en gran medida a poner la tecnología de defensa del país en un alto nivel y a mejorar la capacidad operativa submarina de nuestra armada”. Señaló que el nuevo misil cuenta con tecnologías avanzadas de guía de control, como la movilidad de flanco y la movilidad de salto de planeo.
Corea del Sur informó el martes que detectó el lanzamiento del misil y señaló que el arma cayó en las aguas entre la península de Corea y Japón. Las fuerzas armadas surcoreanas describieron el misil como uno balístico de corto alcance de lanzamiento submarino y dijo que fue lanzado desde las aguas cercanas al puerto oriental de Sinpo, donde Corea del Norte tiene un importante astillero dedicado a la construcción de submarinos.
La agencia noticiosa dijo que el lanzamiento del martes se llevó a cabo desde el mismo submarino “8.24 Yongung” que Corea del Norte dijo que utilizó para su primera prueba de un misil balístico estratégico de lanzamiento submarino en 2016.
El lanzamiento del martes es la prueba de armas más notoria de Corea del Norte desde que el presidente estadounidense Joe Biden asumió el cargo en enero. Washington ha dicho en repetidas ocasiones que está dispuesto a reanudar las discusiones diplomáticas con Corea del Norte “en cualquier lugar y en cualquier momento” sin condiciones previas. Hasta ahora, Corea del Norte ha rechazado esas propuestas, señalando que las prácticas hostiles de Estados Unidos continúan.
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