SAN JOSÉ, COSTA RICA.- La Justicia de Costa Rica declaró a tres especies de tiburón martillo en peligro de extinción a través de una sentencia en la que señaló que estos animales están “a un peldaño para pasar a extintos”, confirmaron este martes fuentes judiciales.
“Se declara a la especie Sphyrna como vida silvestre en peligro de extinción de acuerdo a los criterios técnicos científicos, y por disposición legal, de dominio público. Se ordena al Sistema Nacional de Áreas de Conservación incorporar a las especies de tiburón martillo Sphyrna lewini, Sphyrna mokarran y Sphyrna zygaena en la lista de especies en peligro de extinción”, indicó el fallo de la Sala Constitucional I.
Dos de las tres especies de tiburón martillo figuran en situación de “riesgo crítico” de extinción y población en “descenso” en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
La Justicia costarricense también advirtió a las entidades públicas de “adoptar todas las medidas necesarias y apropiadas” para acabar con la captura, retención, comercialización y descarga de estas tres especies.
En febrero, el gobierno de Costa Rica prohibió la pesca de tiburón martillo, especie muy demandada para sopa de aleta.
Los tiburones réquiem y martillo representan más de la mitad del tráfico mundial de aletas, que tiene su centro en Hong Kong y mueve unos 500 millones de dólares al año.
Un kilo de aletas puede costar hasta 1.000 dólares en los mercados de Asia oriental.
Según la creencia popular, la sopa de aleta sirve para retardar el envejecimiento, mejorar el apetito, ayudar a la memoria y estimular el deseo sexual.
En el sur de Costa Rica, sobre el océano Pacífico, existe el santuario Golfo Dulce, con la Isla del Coco como sitio Patrimonio de la Humanidad que goza de las mayores congregaciones de tiburones martillo, según la Presidencia de Costa Rica.
A finales de 2022 en Panamá, la cumbre de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) decidió, con reservas de Japón, regular sobre 54 especies de las familias de tiburones réquiem (Carcharhinidae) y tiburones martillo (Sphynidae), los más traficados como ingrediente de sopa de aleta.