'Yo y mi hermano nos turnamos para hacer la cola. Él duerme aquí en la intemperie del aire, en el pasto. Entonces soy yo la que le tengo que traer el desayuno, el almuerzo, la cena', cuenta July a la AFP. 'Nos pasamos días, noches y madrugadas' en la fila.
'Estamos recargando un balón [tanque o cilindro] después de cuatro días, porque este balón está en la cola desde el día domingo en la madrugada y el día de hoy recién está entrando en la recarga siendo el día jueves', agrega la mujer de 30 años.
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Su padre, Germán Blanco, de 60 años, es diabético y tiene el 50% de sus pulmones comprometidos por el coronavirus y permanece en reposo en su hogar en el sector de Bellavista del Callao, la ciudad portuaria vecina a Lima, no lejos del local donde sus hijos compran el oxígeno.
Junto a decenas de otras personas, los hermanos Blanco han tenido que hacer pacientemente fila afuera del centro de distribución Criogás, que ganó fama de ser el más barato de la capital peruana.
Como se junta tanta gente, está con custodia policial desde la semana pasada.
El dueño de Criogás, José Luis Barsallo, apodado el 'Angel del oxígeno' por los medios peruanos, estableció estrictos controles para vender las recargas de oxígeno, tras detectar que había revendedores que estaban especulando con la necesidad de la gente en esta pandemia.
Cada tanque tiene capacidad para 10 metros cúbicos de oxígeno a presión. Pero ahora Barsallo los recarga solo a la mitad para tratar de que más personas puedan comprar. Cada metro cúbico vale 20 soles (5,5 dólares).
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La demanda por oxígeno medicinal creció en 200% en Perú con la segunda ola de la pandemia, dijo la ministra de Salud, Pilar Mazzetti. Esto ha obligado a la gente a hacer fila en la calle, durmiendo sobre cartones o pequeñas carpas improvisadas.
Con su balón recargado, July subió a un taxi y se dirigió a su hogar, donde la esperaba su enfermo padre recostado en un sofá color marrón. Estaba conectado a una máquina generadora de oxígeno, que los médicos dicen “que no lo ayuda tanto como el oxígeno medicinal”, indica su hija.
'Estamos desesperados pasando esta angustia tan horrible, la verdad es que no se lo deseamos a nadie', agrega July tras conectar el oxígeno medicinal a su papá y medirle la saturación.
'Esta enfermedad es silenciosa, es muy complicada, de la noche a la mañana falleces', expresa y cuenta que otros cinco familiares también contrajeron el temido virus.
Apenas los hermanos Blanco pudieron recargar el balón, Juan Carlos se colocó nuevamente al final de la fila para conseguir más oxígeno para su papá.
'Mi hermano está en la parte del fondo de la cola, porque los dos balones no pueden estar juntos. El otro balón está allá en el fondo y aproximadamente saldrá el día miércoles de la otra semana recargado', explica July.
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