BRASILIA, BRASIL.- Al menos 1,200 seguidores del expresidente, Jair Bolsonaro, fueron detenidos este lunes -9 de enero del 2023- en el asentamiento de campamentos que había montado frente al cuartel general del Ejército en Brasilia, capital de Brasil.
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La Policía Militarizada de Brasilia, bloquearon los accesos al campamento y los cientos de seguidores bolsonaristas comenzaron a recoger sus pertenencias. Fue un desalojo pacífico de una media hora.
“Desactivamos el campamento que sirvió como cuartel general de los inaceptables actos antidemocráticos de ayer. Todas las carpas serán removidas. El área ha sido retomada y no se permitirá el regreso de los “manifestantes”. Todos los elementos fueron remitidos a la PF (Policía Federal). La ley se cumplirá”, declaró Ricardo Capelli, a cargo de la seguridad en Brasilia por orden del presidente de Brasil, Lula da Silva.
De acuerdo a las autoridades, el campamento habría sido montado hace unas semanas para exigir a los militares un golpe de Estado contra Lula.
La acción ocurrió luego de que partidarios de Bolsonaro asaltaron un día antes -8 de enero del 2023- los Poderes Ejecutivos, Judicial y Legislativo de ese país bajo disturbios y amenazas.
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¿Los bolsonaristas robaron armas durante el asalto?
El ministro de la Secretaría de Comunicación Social de Brasil, Paulo Pimenta, denunció el robo de armas de fuego de la sala del Gabinete de Seguridad Institucional del Palacio del Planalto durante el asalto.
“Cada uno de esos maletines tiene armas, armas letales y armas no letales que se han llevado”, denunció Pimenta en sus redes sociales.
Agregó que los simpatizantes de Bolsonaro intentaron prender fuego a una de estas salas e insistió que se trata de criminales.
“Un crimen más cometidos por los enemigos de la democracia”, expresó.
Por su parte, el titular de la Secretaría Nacional del Consumidor, Wadih Damous, alertó que los responsables de ese robo “tenían información de lo que tenían que llevarse” de esa sala. “Se hicieron con armas, documentos y munición”, manifestó.
Las autoridades de Brasil, creen que lo ocurrido en Brasil tuvo complicidad por parte de los militares.
“Hubo mala fe, mala voluntad. Los policías militares estaban guiando a los vándalos. Los policías que participaron en esto no pueden quedar impunes”, declaró el presidente brasileño, Lula da Silva en una conferencia de prensa.
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