El tribunal de apelaciones estuvo de acuerdo con un fallo de un tribunal inferior en el que se establecía que el presidente, Joe Biden, podía renunciar al privilegio ejecutivo sobre los registros, a fin de que éstos pudieran ser entregados a un panel del Congreso que investiga la violencia de los partidarios de Trump.
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El exmandatario, que ha sido acusado de fomentar el ataque al Congreso de Estados Unidos, buscó ejercer su privilegio para mantener en secreto los documentos y registros telefónicos que pueden estar relacionados con el ataque.
Sin embargo, la Corte manifestó que es el criterio del presidente Biden el que más pesa en este caso.
'El derecho de un expresidente ciertamente no goza de mayor peso que el del presidente en ejercicio', declaró el tribunal de apelaciones en su sentencia.
'En este caso, el presidente Biden, como jefe del Ejecutivo, ha considerado específicamente que el Congreso tiene una imperiosa necesidad de ver estos documentos y divulgarlos es del mayor interés de la Nación', manifestó la Corte.
Se espera apelación
La sentencia no libera los documentos y registros de forma inmediata. La corte de apelaciones informó que los abogados de Trump tendrían dos semanas para apelar la decisión ante la Corte Suprema.Así, la defensa de Trump puede obtener una nueva moratoria, mientras el Supremo revisa este caso sin precedentes.
La corte de apelaciones también manifestó que el interés público por los registros es mayor que el de Trump en particular.
'El interés del público se acentúa cuando, como ahora, la legislatura debe proceder con urgencia para prevenir ataques violentos contra el gobierno federal, así como ataques al traspaso pacífico del poder', añadió.
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Los registros, en poder del Archivo Nacional, son requeridos por el comité de la Cámara que investiga los hechos de violencia del 6 de enero, en los que cientos de partidarios de Trump forzaron el cierre del Congreso y demoraron la sesión de confirmación de Joe Biden, ganador de los comicios de noviembre de 2020.
Los documentos que Trump espera mantener en secreto incluyen registros de sus colaboradores más cercanos y memos a su secretario de prensa.
Hay más de 770 páginas que incluyen registros de su exjefe de gabinete Mark Meadows, su exconsejero senior Stephen Miller y su consejero adjunto Patrick Philbin.
Trump también esperaba bloquear la divulgación de los diarios de la Casa Blanca, un registro de actividades, viajes, informes y llamadas telefónicas.
Otros archivos que Trump no quiere que el Congreso vea incluyen memos de su antiguo jefe de prensa, Kayleigh McEnany, una nota escrita a mano sobre los sucesos del 6 de enero y un texto borrador de su discurso durante el mitin 'Salva América', que habría provocado el ataque.