'Vamos a buscar nuevas opciones para asegurar un conteo completo y oportuno de la población sin ciudadanía', dijo Trump en una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
Hace dos semanas, la Corte Suprema parecía haber zanjado el debate sobre la pregunta de la ciudadanía, al afirmar que los argumentos para incluir la pregunta eran 'forzados' en un fallo por cinco a cuatro del alto tribunal, donde los conservadores tienen mayoría.
En Estados Unidos el censo debe realizarse cada 10 años y es fundamental para repartir 675,000 millones de dólares en subvenciones y determinar los escaños en la Cámara de Representantes.
La pregunta sobre la ciudadanía - abandonada hace 60 años - podía impedir que entre 1,6 y 6,5 millones de inmigrantes, en su mayoría latinos, participaran en la encuesta o mintieran en sus respuestas, por temor a ser localizados, especialmente en el caso de los indocumentados, según los expertos de la oficina de censo.
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'No estamos desistiendo', indicó Trump en la rueda de prensa en la Casa Blanca afirmando que 'es esencial que haya una imagen clara de cuántos ciudadanos y no ciudadanos componen la población de Estados Unidos'.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, escribió en Twitter que la 'derrota' de Trump sobre el censo era 'una victoria importante para la democracia y la representación equitativa'.
'Cada persona tiene que ser contabilizada y nadie debería ser intimidado por el presidente y su comportamiento caprichoso', añadió Schumer.
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) aseguró que seguiría vigilando los intentos del gobierno de contar a los inmigrantes.
'Cuando se desvelen los detalles del nuevo proyecto de Trump para recoger los datos de ciudadanía fuera del marco del censo --y sus proyecto de utilización de esos datos--, los examinaremos con cuidado y analizaremos su legalidad', tuiteó la asociación.