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El alcalde salvadoreño que se armó para enfrentar a las pandillas

Mauricio Arturo Vilanova patrulla armado junto a la policía y lleva a cabo programas sociales para evitar que el miedo gobierne, como lo sucede en el resto del territorio nacional

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04.09.2016

San José Guayabal, El Salvador
El municipio de San José Guayabal es como cualquier otro lugar de El Salvador, con sus propios problemas de pobreza e inseguridad, sin embargo, cuenta con algo que lo hace distinto.

El alcalde Mauricio Arturo Vilanova, armado con una pistola y un chaleco antibalas, sale a patrullar las calles de su pueblo y desde hace ya varios meses enfrenta a las pandillas del lugar.

En el pueblo de 11,000 habitantes, aparte de tomar medidas institucionales, él mismo enfrenta a las pandillas que aterrorizan al país centroamericano.

El alcalde Vilanova está decidido a frenar la delincuencia en un país que en 2015 registró al menos 6,657 asesinatos.

Patrulla armado junto a la policía y lleva a cabo programas sociales para evitar que el miedo gobierne, como lo sucede en el resto del territorio nacional.

A la extorsión y los asesinatos, este alcalde responde con comunicación y concienciación, los dos pilares que constituyen lo que algunos llaman “método Vilanova”. “Aquí no nos andamos con cosas”, dice desde su casa, situada en la plaza principal.

Con arma en mano, este edil comenta: 'Ando armado y los voy a reventar', haciendo referencia a los grupos delictivos.

333

Pandilleros fueron
capturados en un
solo día por las
autoridades de la
Policía Salvadoreña.

“Tenemos bien registrados a todos los integrantes de las pandillas. Les hacemos una ficha con su nombre, su apodo, su edad y su dirección y luego vamos por ellos”, explica.

Si eso ya es arriesgado en un país que se ha situado como el más peligroso de la región (superando a Honduras y Venezuela, los más próximos en el ranking), él y la Policía Nacional Civil patrullan incesablemente, buscando cualquier hecho delictivo.

“En San José del Guayabal no existe el ‘ver, oír y callar’ que domina al país por imposición de las pandillas. Aquí hemos hecho mucho esfuerzo para que el lema sea ‘yo veo, yo denuncio”, expresa orgulloso.

“El concepto no es solo salir a vigilar con la policía. En el tema de la seguridad hace falta comunicación y lenguaje. Lo importante es que la población no se amedrente, que si ve algo lo diga'.

'Lo mejor de Guayabal es que la gente no se calla. Cuando se tiene voluntad, se golpea”, aclara el alcalde.