CIUDAD DEL VATICANO, SANTA SEDE.- El papa Francisco se reunió este lunes en el Vaticano con representantes de las comunidades indígenas de Canadá para escuchar los horrores cometidos por décadas en los internados de la Iglesia católica como política de asimilación forzada de los nativos.
“El papa nos oyó. Escuchó tres de las muchas historias que tenemos para compartir” y “asintió con la cabeza mientras nuestros sobrevivientes contaban sus experiencias”, aseguró a la prensa Cassidy Caron, presidente del Consejo Nacional Mestizo, al término de la reunión.
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“Sentí algo de pena por sus reacciones (...) Las únicas palabras que pronunció en inglés fueron: ‘verdad, justicia y reparación’. Tomo eso como un compromiso personal”, agregó Caron frente a la plaza de San Pedro.
“Esperamos que el viernes, durante la audiencia con todos, el papa reconozca lo que le hemos compartido” y que ello “conduzca a un pedido público de perdón cuando visite Canadá”, dijo al referirse al posible viaje de Francisco a ese país, cuya fecha podría ser anunciada en esa ocasión.
Francisco deberá sumarse a la petición de perdón que han hecho los representantes de otras iglesias cristianas involucradas en esa tragedia como un gesto destinado a cerrar heridas.
Se trató de la primera de una serie de reuniones en el Vaticano con 32 representantes de los pueblos nativos de Canadá, que viajaron a Roma y el Vaticano acompañados por obispos de ese país, para mantener encuentros individuales con el pontífice a lo largo de la semana.
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La Iglesia Católica de Canadá presentó en septiembre pasado una disculpa formal a los pueblos indígenas tras el descubrimiento de más de 1.000 tumbas cerca de antiguos internados, donde los niños habían sido aislados de sus familias, del idioma y su cultura, como política de asimilación forzada de las llamadas Primeras Naciones.
El descubrimiento en febrero de 54 tumbas más sin identificación en dos antiguos colegios residenciales católicos para nativos, sumándose a los otros túmulos, volvió a conmocionar al país, arrojando luz sobre una página sombría de la historia.
Entre finales del siglo XIX y la década de 1980, unos 150.000 niños indígenas, mestizos y esquimales fueron reclutados a la fuerza en 139 internados en Canadá.
Miles de ellos murieron, en su mayoría de desnutrición, enfermedades o negligencia, en lo que el Comité para la Verdad y la Reconciliación llamó “genocidio cultural”, según un informe de 2015. Otros fueron abusados física o sexualmente.