'Queremos informar de la lamentable noticia del asesinato del padre Cecilio Pérez. Estamos consternados en la diócesis pues era un sacerdote muy trabajador, una labor con la que estaba muy contenta la población', dijo Constantino Barrera, obispo de Sonsonate (oeste), a cuya diócesis estaba adscrita la parroquia que dirigía el sacerdote asesinado.
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La Fiscalía General de la República (FGR) señaló en Twitter que el religioso fue asesinado con disparos, pero no brindó detalles sobre posibles culpables.
'De momento se está procesando la escena, se buscan pistas, no se sabe con certeza quién o quiénes pudieron haber cometido el crimen, apenas están iniciando las investigaciones', informó un policía de Juáyua.
Según ese agente, el cuerpo de la víctima fue descubierto por un grupo de feligreses que llegó a la parroquia a primera hora del sábado para participar en una actividad eclesial.
Barrera precisó a la prensa que el cadáver del sacerdote fue hallado en una habitación en la casa parroquial que se ubica junto a la iglesia.
'Tiene disparos en su cuerpo. Este es un acto que nos viene a golpear a la diócesis, a los hermanos sacerdotes, a mí como obispo, a la familia del sacerdote y al país mismo, pues es la realidad delincuencial que impera en El Salvador', sostuvo el obispo de Sonsonate.
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El Salvador registró 3,340 homicidios en 2018, 15 por ciento menos que en 2017, aunque su tasa de 51 asesinatos por cada 100,000 habitantes lo mantiene como uno de los países sin guerra más violentos del mundo.
Las autoridades salvadoreñas señalan a las temidas pandillas como las principales generadoras de violencia en el país.
Las pandillas en El Salvador viven de las extorsiones, venta de droga y otros delitos. Tienen unos 70,000 miembros, de los cuales 16,400 están encarcelados.
