Estados Unidos atribuyó el viernes a 'matones controlados por el gobierno' la violencia que sacude a Nicaragua, donde instó a establecer un diálogo 'creíble e inclusivo' e 'implementar plenamente' las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
'Estados Unidos condena la violencia reciente perpetrada por matones controlados por el gobierno, lo que resulta en más muertes de manifestantes en Nicaragua', dijo un comunicado del Departamento de Estado. 'Instamos al gobierno de Nicaragua a que negocie de buena fe y regrese al diálogo con una agenda para lograr un futuro democrático para todos los nicaragüenses', agregó.
La Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) instó el jueves al gobierno de Nicaragua a cesar la represión y propiciar condiciones para la reanudación del diálogo, porque solo así se podrá salir de la crisis que vive el país.
'No es buscando acallar a la población civil que resolverá la crisis política y social que está atravesando el país', afirmó en una nota la vicepresidenta de la FIDH, Gloria Cano.
La funcionaria señaló que el gobierno de Daniel Ortega debe respetar el ejercicio del derecho a manifestarse públicamente y garantizar el cese inmediato de la represión de las protestas, como recomendó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) durante una reciente visita a Nicaragua.
La CIDH, un ente autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA), pidió el lunes al gobierno nicaragüense dejar de reprimir a los manifestantes, desmantelar los grupos parapoliciales y controlar a los grupos armados que atacan y hostigan a la población civil.
Al menos 78 muertos y más de 800 heridos dejan las protestas en Nicaragua que iniciaron el 18 de abril, según la CIDH e informes locales.
La FIDH, con sede en París, lamentó los nuevos enfrentamientos ocurridos el miércoles en León, en el noroeste del país.
'Efectivos de la policía vestidos de civil y fuerzas de choque afines al gobierno' atacaron a los manifestantes que bloqueaban la carretera en León, denunció la organización.
En ese mismo lugar, 'grupos de choque afines al gobierno destruyeron el puesto médico instalado por estudiantes de la Universidad de León y secuestraron a 17 de ellos', que luego fueron liberados por gestiones de un sacerdote, familiares y amigos.
La FIDH hace 'un llamado al gobierno nicaragüense para que demuestre su voluntad de llegar a una solución concertada entre las partes y acepte avanzar en la agenda establecida para el diálogo', mediado por los obispos de la Conferencia Episcopal.