Las autoridades ordenaron de nuevo el confinamiento del área metropolitana de Manila hasta el 20 de agosto, luego de un nuevo aumento en las infecciones por covid-19 que, según los funcionarios de salud, podría deberse a la variante delta altamente contagiosa, que amenaza con abrumar a los hospitales. Otras tres regiones, incluida la cercana provincia de Laguna, también fueron bloqueadas hasta el 15 de agosto.
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Sólo los trabajadores autorizados para negocios esenciales y residentes con emergencia médica o que salen a comprar alimentos podrán salir a la calle. Se impuso un toque de queda de ocho horas en la región capitalina a partir de las 8 p.m. y se establecieron puestos de control policial en los límites de la ciudad.
Un día antes del cierre, se difundieron noticias falsas en las redes sociales de que a los residentes no vacunados se les prohibiría salir de sus hogares para ir a trabajar o de que se les privaría de una ayuda gubernamental de 1,000 pesos (20 dólares). El rumor envió grandes multitudes hacia los centros de vacunación en las ciudades de Manila, Las Pinas y Antipolo.
Miles de personas hicieron filas de varias manzanas en centros gubernamentales y comerciales designados para aplicar las inyecciones, causando congestiones que a veces provocaron discusiones, quejas y un tráfico fuerte.
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