Nueva York, Estados Unidos
Una insurrección sin precedentes toma forma en las oficinas de gobierno.
El presidente Donald Trump pasó gran parte de su campaña criticando al gobierno federal, un sistema al que describió como repleto de 'despilfarros, fraude y abuso'.
Ahora, la burocracia le paga con la misma moneda.
En respuesta al congelamiento de contrataciones en las agencias federales y el silencio informativo que ordenó Trump, algunas cuentas oficiales de redes sociales han enviado tuits con mensajes que van claramente en contra de su agenda, además de que hay filtraciones de información desde el gobierno federal hacia los medios de comunicación.
Algunas agencias han sido particularmente subversivas en sus mensajes, publicando declaraciones y comentarios que pueden interpretarse como una provocación a su nuevo jefe.
El Departamento de Defensa utilizó Twitter el miércoles para publicar un artículo sobre un refugiado iraquí que se convirtió en infante de marina estadounidense.
'De refugiado a #Marine. El cabo de @USMC Ali J. Mohammed combate a las puertas de aquellos que expulsaron a su familia', escribió la dependencia sobre sus misiones en Irak.
Tal vez no sea coincidencia que unas horas antes, los asesores de Trump indicaron que el mandatario trabaja en los detalles de un plan para restringir la llegada de refugiados al país.
Ex funcionarios del gabinete afirman que sería inteligente por parte del presidente no subestimar el poder de los servidores públicos, quienes no solo tienen la capacidad para frenar el progreso de las nuevas regulaciones, sino que cuentan con conocimientos internos para hacer sonar las alarmas cuando sea requerido.
Apenas unos 4.000 de los más de dos millones de empleos en el gobierno federal se ocupan por medio de la designación presidencial, lo que significa que los empleados de carrera superan claramente por número a los asesores de alto nivel, directores de agencia, asistentes especiales, embajadores y funcionarios del gabinete seleccionados por Trump y su equipo de trabajo.
'Las declaraciones de Trump han envenenado el pozo hasta cierto punto', dijo Christine Todd Whitman, jefa de la Agencia de Protección Ambiental durante el gobierno del presidente George W. Bush. 'Si el personal de carrera no te cree, si no confían en ti, la situación podría volverse compleja'.
El secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo el miércoles que algunas agencias del gobierno están tomando medidas para atender el uso 'inapropiado' de redes sociales.
Pero a pesar de las órdenes de no interactuar con el público o la prensa sin permiso, será complicado para la Casa Blanca tapar todas las posibles filtraciones o frenar los exabruptos públicos por parte de trabajadores gubernamentales molestos o preocupados.
Incluso antes de tomar el cargo, empleados del departamento de Energía compartieron información sobre una solicitud hecha por el equipo de transición de Trump para obtener los nombres del personal de la dependencia que trabajó en las iniciativas de cambio climático del presidente Barack Obama. La reacción obligó a que los funcionarios del equipo de transición indicaran que el cuestionario había sido un error.
El miércoles, The Associated Press obtuvo el borrador de un decreto que revelaba que Trump consideraba una importante revisión a los métodos de interrogación de los sospechosos de terrorismo y la posibilidad de reabrir prisiones clandestinas administradas por la CIA fuera de Estados Unidos. Esa misma orden revertiría el cierre planeado a las instalaciones de detención de Estados Unidos en la Bahía de Guantánamo, Cuba.
Trump, quien no tiene experiencia gubernamental y ha encabezado sólo una empresa familiar, podría no entender del todo a lo que se enfrenta. Su gabinete, compuesto principalmente de exejecutivos y miembros del Congreso, tienen un conocimiento más limitado de las complejidades del gobierno federal, apuntó Kathleen Sebelius, quien fuera secretaria de Salud y Servicios Humanos durante el gobierno de Obama.
'El director general de una compañía privada no le rinde cuentas a accionistas o a un consejo directivo', dijo Sebelius. 'Ahí, si dices salta, alguien salta. Gracias a Dios así no es cómo funciona el gobierno'.
Una insurrección sin precedentes toma forma en las oficinas de gobierno.
El presidente Donald Trump pasó gran parte de su campaña criticando al gobierno federal, un sistema al que describió como repleto de 'despilfarros, fraude y abuso'.
Ahora, la burocracia le paga con la misma moneda.
En respuesta al congelamiento de contrataciones en las agencias federales y el silencio informativo que ordenó Trump, algunas cuentas oficiales de redes sociales han enviado tuits con mensajes que van claramente en contra de su agenda, además de que hay filtraciones de información desde el gobierno federal hacia los medios de comunicación.
Algunas agencias han sido particularmente subversivas en sus mensajes, publicando declaraciones y comentarios que pueden interpretarse como una provocación a su nuevo jefe.
El Departamento de Defensa utilizó Twitter el miércoles para publicar un artículo sobre un refugiado iraquí que se convirtió en infante de marina estadounidense.
'De refugiado a #Marine. El cabo de @USMC Ali J. Mohammed combate a las puertas de aquellos que expulsaron a su familia', escribió la dependencia sobre sus misiones en Irak.
Tal vez no sea coincidencia que unas horas antes, los asesores de Trump indicaron que el mandatario trabaja en los detalles de un plan para restringir la llegada de refugiados al país.
Ex funcionarios del gabinete afirman que sería inteligente por parte del presidente no subestimar el poder de los servidores públicos, quienes no solo tienen la capacidad para frenar el progreso de las nuevas regulaciones, sino que cuentan con conocimientos internos para hacer sonar las alarmas cuando sea requerido.
Apenas unos 4.000 de los más de dos millones de empleos en el gobierno federal se ocupan por medio de la designación presidencial, lo que significa que los empleados de carrera superan claramente por número a los asesores de alto nivel, directores de agencia, asistentes especiales, embajadores y funcionarios del gabinete seleccionados por Trump y su equipo de trabajo.
'Las declaraciones de Trump han envenenado el pozo hasta cierto punto', dijo Christine Todd Whitman, jefa de la Agencia de Protección Ambiental durante el gobierno del presidente George W. Bush. 'Si el personal de carrera no te cree, si no confían en ti, la situación podría volverse compleja'.
El secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo el miércoles que algunas agencias del gobierno están tomando medidas para atender el uso 'inapropiado' de redes sociales.
Pero a pesar de las órdenes de no interactuar con el público o la prensa sin permiso, será complicado para la Casa Blanca tapar todas las posibles filtraciones o frenar los exabruptos públicos por parte de trabajadores gubernamentales molestos o preocupados.
Incluso antes de tomar el cargo, empleados del departamento de Energía compartieron información sobre una solicitud hecha por el equipo de transición de Trump para obtener los nombres del personal de la dependencia que trabajó en las iniciativas de cambio climático del presidente Barack Obama. La reacción obligó a que los funcionarios del equipo de transición indicaran que el cuestionario había sido un error.
El miércoles, The Associated Press obtuvo el borrador de un decreto que revelaba que Trump consideraba una importante revisión a los métodos de interrogación de los sospechosos de terrorismo y la posibilidad de reabrir prisiones clandestinas administradas por la CIA fuera de Estados Unidos. Esa misma orden revertiría el cierre planeado a las instalaciones de detención de Estados Unidos en la Bahía de Guantánamo, Cuba.
Trump, quien no tiene experiencia gubernamental y ha encabezado sólo una empresa familiar, podría no entender del todo a lo que se enfrenta. Su gabinete, compuesto principalmente de exejecutivos y miembros del Congreso, tienen un conocimiento más limitado de las complejidades del gobierno federal, apuntó Kathleen Sebelius, quien fuera secretaria de Salud y Servicios Humanos durante el gobierno de Obama.
'El director general de una compañía privada no le rinde cuentas a accionistas o a un consejo directivo', dijo Sebelius. 'Ahí, si dices salta, alguien salta. Gracias a Dios así no es cómo funciona el gobierno'.