BOBIGNY, FRANCIA
Una mujer de la limpieza de 53 años fue inculpada en Francia por presuntamente haber tratado de envenenar a dos bebés en la guardería donde trabajaba, poniendo tranquilizantes en sus biberones, informaron fuentes judiciales el viernes.
El personal de la guardería de Neuilly-Plaisance, en los suburbios del este de París, dio la alerta después de notar una somnolencia inhabitual y pérdida de equilibrio en un niño de 16 meses de edad el pasado 5 de junio después de la merienda.
El niño fue hospitalizado durante tres días y los exámenes detectaron rastros de benzodiazepina, un ansiolítico, en su sangre, dijo la administración del hospital a la AFP.
Dos semanas más tarde, un segundo niño, de nueve meses, mostró los mismos síntomas y fue puesto bajo observación, lo que llevó a los fiscales a abrir una investigación.
La guardería abrió por su parte una investigación interna e instauró mayores medidas de seguridad, incluyendo la prohibición de ingreso al recinto a los padres de familia y la preparación de los biberones en presencia de dos personas.
La sospechosa, que trabajaba como mujer de la limpieza desde enero, fue detenida a mediados de julio.
Una fuente cercana al caso dijo que los investigadores habían encontrado una receta en su casa para medicamentos que contenían fórmulas correspondientes a la droga encontrada en las pruebas del primer niño.
Una mujer de la limpieza de 53 años fue inculpada en Francia por presuntamente haber tratado de envenenar a dos bebés en la guardería donde trabajaba, poniendo tranquilizantes en sus biberones, informaron fuentes judiciales el viernes.
El personal de la guardería de Neuilly-Plaisance, en los suburbios del este de París, dio la alerta después de notar una somnolencia inhabitual y pérdida de equilibrio en un niño de 16 meses de edad el pasado 5 de junio después de la merienda.
El niño fue hospitalizado durante tres días y los exámenes detectaron rastros de benzodiazepina, un ansiolítico, en su sangre, dijo la administración del hospital a la AFP.
Dos semanas más tarde, un segundo niño, de nueve meses, mostró los mismos síntomas y fue puesto bajo observación, lo que llevó a los fiscales a abrir una investigación.
La guardería abrió por su parte una investigación interna e instauró mayores medidas de seguridad, incluyendo la prohibición de ingreso al recinto a los padres de familia y la preparación de los biberones en presencia de dos personas.
La sospechosa, que trabajaba como mujer de la limpieza desde enero, fue detenida a mediados de julio.
Una fuente cercana al caso dijo que los investigadores habían encontrado una receta en su casa para medicamentos que contenían fórmulas correspondientes a la droga encontrada en las pruebas del primer niño.