En unos comicios con un récord de baja participación, los tres principales partidos que quieren independizarse de Espa ña aumentaron a 74 su mayoría en el parlamento regional de 135 escaños, frente a los 70 que lograron en 2017.
El fuerte resultado para los separatistas sigue a su intento de independizarse en 2017, que terminó con varios de sus líderes en prisión y otros huyendo al extranjero de la justicia española. La sociedad catalana quedó profundamente dividida aproximadamente en dos mitades, entre los independentistas y los partidarios de que la región permanezca dentro de España.
El temor al virus hizo que muchos votantes se quedaran en casa, especialmente en zonas urbanas que tienden más a votar a partidos no independentistas.
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El impacto de los comicios se hizo notar en Madrid. Aunque los socialistas del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, aumentaron su representación y fueron el partido más votado, los principales grupos conservadores nacionales sufrieron un revés.
El partido de ultraderecha Vox, con su firme postura contra la secesión catalana y la inmigración ilegal, consolidó su posición entrando en la cámara regional con 11 escaños.
El grupo liberal Ciudadanos se derrumbó pasando de 36 a 6 escaños, poniendo en duda el futuro del partido.
El Partido Popular, el grupo conservador tradicional, también perdió peso y se vio relegado a tres escaños pese a los esfuerzos del líder de la formación, Pablo Casado.