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Las promesas electorales, rompedero de cabeza para los independentistas catalanes  

El gobierno conservador de Mariano Rajoy destituyó al Ejecutivo catalán, disolvió el Parlamento y convocó elecciones para el 21 de diciembre

16.11.2017

Cataluña, España
Con una 'república' catalana que nunca se materializó, los partidos secesionistas admiten abiertamente la necesidad de convencer todavía a una parte de la población, lo que esperan lograr en las elecciones regionales en poco más de un mes.

'¿Saben por qué todavía no somos independientes? Porque no ha existido una mayoría de catalanes que así lo hubieran querido', declaró el martes en Madrid Joan Tardà, de ERC (Izquierda Republicana de Cataluña), el partido independentista catalán que lidera los sondeos.

Palabras pronunciadas apenas a dos semanas de una declaración de independencia votada por la mayoría secesionista del Parlamento catalán el 27 de octubre, pero seguida por la toma de control de las competencias regionales por parte del gobierno central.

El gobierno conservador de Mariano Rajoy destituyó al Ejecutivo catalán, disolvió el Parlamento y convocó elecciones para el 21 de diciembre, para atajar el desafío soberanista.

Los partidos secesionistas aceptaron medirse en las urnas.

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Nueva hoja de ruta
Desde Bruselas, donde espera la decisión de la justicia belga sobre el pedido de entrega de su par española que lo investiga por rebelión y sedición, el destituido presidente catalán Carles Puigdemont incluso afirmó que 'sigue siendo posible' un encaje de Cataluña dentro de España.

La derecha y la izquierda independentistas (PDeCat y ERC) encaran una campaña sin precedentes: sus principales líderes están encarcelados o en Bélgica. Ellos, junto a la CUP (izquierda radical independentista), deben presentar en las próximas semanas una nueva hoja de ruta, luego de derrotada la precedente, que prometía la independencia en 2017.

'No renuncian a la independencia pero lo que no le ponen es fecha', destaca Gabriel Colomé, profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Barcelona.

En 2015, los independentistas prometieron la secesión de España en 18 meses, el tiempo de crear un Estado sustituto.

Podrían volver al punto inicial, ofreciendo en su programa luchar por un referéndum de independencia pactado con el Estado, según el modelo escocés, explica Ferran Requejo, profesor en la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona.

O 'buscar un tipo de modelo sin romper con el Estado, en el cual el autogobierno de Cataluña, tanto a nivel político como a nivel económico y cultural, tuviera las principales decisiones en sus manos', señala.

Mayoría más amplia
A diferencia de las elecciones regionales de 2015, los independentistas no se presentan en coalición.

Pero el objetivo sigue siendo el mismo: preservar entre los tres partidos la mayoría absoluta que alcanzaron en 2015, con 72 diputados de 135 en el Parlamento regional, e incrementar el 47,8% de votos que obtuvieron entonces.

'La consigna es muy clara: debemos lograr una mayoría más amplia' para obligar al Estado español a negociar, indica un miembro de ERC que solicitó el anonimato.

Resistir la acción 'represiva' del Estado habría 'implicado un baño de sangre inaceptable', alega.

ERC hará un 'frente común' con la lista 'Juntos por Cataluña', liderada por Puigdemont, sobre ciertos elementos del programa electoral, como la lucha por la liberación de los líderes independentistas.

Las elecciones deberían permitir 'homologar' la mayoría independentista que, según esta fuente, ya se demostró con los resultados del referéndum del 1 de octubre, donde el sí ganó con el 90% de los votos y 43% de participación, pero sin recibir reconocimiento alguno.

El movimiento independentista, galvanizado por las investigaciones judiciales contra sus líderes, continúa movilizando a cientos de miles de personas en las calles regularmente.

Pese a las promesas incumplidas, 'los votantes independentistas, al menos el núcleo duro, siguen confiando en sus líderes', estima el politólogo Oriol Bartomeus, de la Universidad Autónoma de Barcelona.

'La pregunta es si estos votantes seguirán haciendo caso a estos partidos y votándolos', dice el experto, estimando que algunos independentistas podrían decidirse por el partido más radical, la CUP.

El juego está muy cerrado ya que los votantes del 'bloque constitucionalista [favorable a seguir en España], esta vez van a salir a votar en masa', augura Colomé.

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